Rev. nuestrAmérica, 2023, n.o 22, publicación continua, e8125889

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Derechos de autor 2023: Diogo Piassá das Mercês

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Derechos de publicación: Diogo Piassá das Mercês

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Licencia: CC BY NC SA 4.0

Recibido: 27 de junio de 2023

Aceptado:  27 de octubre de 2023

Publicado: 7 de noviembre de 2023


El espacio, lugar y territorio de la Baixada Fluminense en las Epistemologías del Sur

O espaço, o lugar e o território da Baixada Fluminense nas Epistemologias do Sul

The space, place and territory of the Baixada Fluminense in the Epistemologies of the South

 

Diogo Piassá das Mercês

Maestrando en Educación

Programa de Posgraduación en Educación. Facultad de Educación. Universidad Federal de Rio de Janeiro

Rio de Janeiro, Brasil

diogolione@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-1078-9431

 


Resumen: Este artículo pretende presentar algunos aspectos de Grande Iguaçu, región localizada en la Baixada Fluminense, región metropolitana del Estado de Río de Janeiro, a la luz de las llamadas «Epistemologías del Sur», concepto creado por el investigador Boaventura de Sousa Santos. Para ello, utilizando el libro del mismo nombre, especialmente el capítulo escrito por el geógrafo Milton Santos, se evocarán los conceptos de espacio, lugar y territorio para marcar la comprensión de «quién es» esta región marcada por el antiguo cautiverio, además de presentar el periódico Correio da Lavoura, un periódico dirigido por hombres negros, fundado por el intelectual afroiguazuense Silvino de Azeredo el 22 de marzo de 1917. El «Sur» de este artículo estará presente al proponer un debate de lo que ha sido esta región, marcada durante mucho tiempo como un lugar dominado solo por la violencia, el abandono y la miseria. Se espera, a partir de la pesquisa bibliográfica como metodología de investigación, presentar una de las posibles formas de comprensión de la rica historia de Nova Iguaçu.

Palabras clave: Epistemologías del Sur, Baixada Fluminense, prensa negra.

 

Resumo: O presente artigo tem por objetivo apresentar alguns aspectos da Grande Iguaçu, região localizada na Baixada Fluminense, região metropolitana do estado do Rio de Janeiro, a luz das chamadas “Epistemologias do Sul”, conceito criado pelo pesquisador Boaventura de Sousa Santos. Para tal fim, utilizando-se do livro homônimo, em especial o capítulo escrito pelo geografo Milton Santos, os conceitos de espaço, lugar e território serão evocados para balizar o entendimento do quem vem a ser esta região marcada por egressos do cativeiro, como também apresentar o periódico Correio da Lavoura, um jornal capitaneado por mão pretas, fundado pelo intelectual afroiguaçuano Silvino de Azeredo em 22 de março de 1917. O “Sul” deste artigo se fará presente ao propor um debate do que vem a ser esta região marcada por muito tempo como um lugar dominado somente pela violência, abandono e miséria. Espera-se, a partir da Pesquisa Bibliográfica enquanto metodologia de pesquisa, apresentar uma das possíveis formas de compreender as ricas Histórias de Nova Iguaçu.

Palavras-chave: Epistemologias do Sul, Baixada Fluminense, imprensa.

 

Abstract: This article aims to present some aspects of Grande Iguaçu, a region located in Baixada Fluminense, metropolitan region of the state of Rio de Janeiro, in the light of the so-called "Epistemologies of the South", a concept created by researcher Boaventura de Sousa Santos. To this end, using the book of the same name, especially the chapter written by the geographer Milton Santos, the concepts of space, place, and territory will be evoked to mark the understanding of who this region marked by former captivity is, as well as to present the periodical Correio da Lavoura, a newspaper run by black men, founded by the afro-iguazuans intellectual Silvino de Azeredo on March 22, 1917. The "South" of this article will be present when proposing a debate on what this region, marked for a long time as a place dominated only by violence, abandonment, and misery, has been. It is expected, based on the bibliographical research as a research methodology, to present one of the possible ways of understanding the rich history of Nova Iguaçu.

Keywords: Epistemologies of the South, Baixada Fluminense, black press.


 

Introducción[1]

El objetivo de este trabajo es establecer algunas conexiones entre las denominadas «Epistemologías del Sur», un concepto acuñado por el investigador portugués Boaventura de Sousa Santos, con los conceptos de espacio, lugar y territorio, conocimientos del campo de la Geografía, basados en el artículo de Cunha (2008), el texto producido por el geógrafo brasileño Milton Santos, que forma parte del libro del mismo nombre organizado por el investigador previamente mencionado, y sus intersecciones en la comprensión de lo que representa Grande Iguaçu. Grande Iguaçu es un territorio delimitado ubicado en la actual Baixada Fluminense, una región metropolitana del estado de Río de Janeiro. Sirve como espacio, lugar y territorio de disputas en la década de 1910 y 1940, que corresponde al período áureo de la citricultura en la región.

La investigación presentada aquí está en curso y forma parte de una disertación de maestría en Educación. Esto implica que nada de lo presentado está fijo o consolidado, ya que se está reescribiendo y reinterpretando con cada nueva fuente, pista o evidencia encontrada. Con esta lectura, esperamos presentar un aspecto particular de la rica historia de la ciudad de Nova Iguaçu y, de igual manera, compartir lo que ya se ha construido hasta esta etapa de la investigación.

 

Metodología

La Investigación Bibliográfica es el «sur» del artículo presentado aquí. Como lo sugiere el pensador portugués, la Baixada Fluminense, más específicamente la ciudad de Nova Iguaçu, es el lugar, espacio y territorio de confrontación elegido por el autor de estas breves palabras. Por lo tanto, vincular el libro homónimo con las producciones de los investigadores y las investigadoras de la Baixada es uno de los posibles enfoques para, en primer lugar, construir la «Epistemología del Sur» del autor de este texto y, en segundo lugar, desarrollar una de las posibles comprensiones de las ricas historias de la ciudad de Nova Iguaçu.

 


Figura 1 Mapa da Grande Iguaçu

 


 

Discusión

Al iniciar esta conversación contigo, estimado lector, es necesario convocar algunos conceptos para delimitar y allanar el camino que se recorrerá en estas pocas palabras. En el ámbito de las preguntas, la primera que surge y, en opinión del autor de este texto, la más importante, sería: ¿qué son las llamadas «epistemologías del sur»? Para responder a esta pregunta, no hay nada mejor que invitar a los autores Santos y Meneses (2010) para esclarecer el asunto. Según estos:

Se trata del conjunto de intervenciones epistemológicas que denuncian la supresión de conocimientos llevada a cabo a lo largo de los últimos siglos por la norma epistemológica dominante, valorizan los conocimientos que han resistido con éxito y las reflexiones que estos han producido e investigan las condiciones de un diálogo horizontal entre conocimientos. A este diálogo entre conocimientos lo llamamos ecología de saberes. (Santos y Meneses 2010, 7)

A partir de esta contribución de los autores y en diálogo con sus reflexiones, se puede percibir que, a pesar de la multiplicidad de la vida humana, las vivencias, experiencias y las formas de ver/percibir/entender las sociedades y la producción de conocimiento, según los autores, han sido colonizadas y, en términos generales, formateadas para reconocer un único método y modelo para producir ciencia. En otras palabras, solo se considerarían como conocimientos «válidos» aquellos producidos a través de dinámicas centradas en las «epistemologías del norte».

La «colonización» de estos conocimientos se encontraría en diversos estratos de la vida en sociedad y relegaría o subordinaría otras prácticas difusas. Para ilustrar el pensamiento propuesto aquí, podemos mencionar cómo la medicina de los pueblos tradicionales y/o originarios se coloca en un lugar casi alegórico cuando se compara con los conocimientos médicos institucionalizados. La medicina china milenaria, el uso de plantas y hierbas, incluso con eficacia comprobada por la llamada «ciencia moderna», recibe la etiqueta de «medicina alternativa» cuando se la coloca al mismo nivel que otras prácticas médicas.

Esta soberanía epistémica engendró lo que el autor llama epistemicidio. Esto se manifiesta en la supresión destructiva de algunos modelos de saberes locales, la subvaloración y jerarquización de muchos otros, lo que llevó al despilfarro, en nombre de los designios colonialistas, de la rica variedad de perspectivas presentes en la diversidad cultural y en las múltiples cosmovisiones que ellas producen. (Gomes 2012, 7)

La invitación hecha por los autores consiste en prestar una atención más detenida a estas muchas otras formas de producir conocimiento, de producir ciencia, que no se limitan solo a las llamadas «formales» y, siempre que sea posible, acercar nuestras prácticas a estas otras posibilidades de construir conocimientos y prácticas, alejándonos un poco de este «norte» que limita y coarta, y acercándonos más a estas otras posibilidades del sur. En este sentido, ¿cómo cruza el geógrafo Milton Santos sus producciones con el pensamiento de Boaventura de Sousa Santos?

Milton Santos[2], profesor, geógrafo, escritor, científico, periodista y abogado, es uno de los intelectuales brasileños responsables de la renovación de la Geografía en Brasil. En sus estudios, se pueden identificar nuevos enfoques sobre cuestiones fundamentales como la urbanización, la globalización, el capitalismo y, en lo que respecta a este trabajo, otros enfoques sobre los conceptos de espacio, lugar y territorio. En su contribución al libro del investigador Boaventura, titulado «El lugar y lo cotidiano», el autor explora numerosas referencias y también entabla un diálogo con los pensamientos de Foucault y De Certeau, para brindar a los lectores las nociones de local y global y cómo son apropiadas y reinterpretadas por los sujetos a través de sus intersecciones e intencionalidades.

Así, en el primer período construido por el geógrafo, se evidencia un concepto muy apreciado por el investigador, la ruptura de la dicotomía centro y periferia. Para él, la dualidad entre aquellos que estarían en el centro, como lugar de importancia, y aquellos que estarían orbitando alrededor ya no tendría sentido. El centro podría estar en cualquier lugar y las periferias, los llamados lugares periféricos, no estarían más lejos, sino en una relación simbiótica con otros «centros». El pensador afirma...

En las condiciones actuales de globalización, la metáfora propuesta por Pascal parece haber cobrado realidad: el universo viscoso como una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes... Lo mismo podría decirse de la frase de Tolstoi, tan repetida, que dice que para ser universal basta con hablar de su aldea. (Santos 2010, 495)

A partir de este fragmento, se puede inferir que las dinámicas de la vida ya no permiten su fragmentación o partición en «los de dentro y los de fuera» o incluso «los de cerca y los de lejos». Es posible indicar que, dada la fluidez de las relaciones humanas, estos centros podrían, y pueden, siempre de acuerdo con las intersecciones e intencionalidades, transmutarse en franjas, en periferias, y dentro de sus singularidades, contener centros emergentes. De esta manera, los falsos pares antagónicos acaban colapsando al proponer que, tomando a Michel Foucault para nuestra conversación, estos sujetos, al resignificar los lugares en los que están insertos, someten y son sometidos, haciendo que cualquier centro sea periferia y cualquier periferia sea centro. ¿Y qué hace que estos cotidianos sean tan singulares, tan «más al sur»?

Los sujetos son aquellos que resignifican los lugares por los que atraviesan, convirtiéndolos en espacios, lugares y territorios. La investigadora María Isabel da Cunha realizó un importante trabajo que se alinea con lo propuesto aquí al estudiar «los conceptos de espacio, lugar y territorio en los procesos analíticos de la formación de docentes universitarios» (Cunha 2008, 182). Estableciendo un diálogo fructífero con la geografía, la investigadora en su artículo nos demuestra cómo estos conceptos tan valiosos son fundamentales para escrutar las acciones de los sujetos en los diferentes lugares que ocupan. En palabras de la autora...

La dimensión humana es la que puede transformar el espacio en lugar. El lugar se constituye cuando atribuimos sentido a los espacios, es decir, reconocemos su legitimidad para ubicar acciones, expectativas, esperanzas y posibilidades. Cuando decimos «este es el lugar de...», vamos más allá de la mera condición de espacio y atribuimos un sentido cultural, subjetivo y muy propio al acto de tal ubicación. (Cunha 2008, 184)

Son los sujetos, al transitar por los espacios y reinterpretarlos, quienes los transforman en un lugar. Y estos lugares ahora pueden, y son, en cualquier parte. ¿Quién no ha sentido la sensación de volver a su casa al ver el letrero «límite entre el estado “X” y Río de Janeiro» incluso estando a muchos kilómetros de su hogar? Aun así, la comodidad que nos causa es porque redefinimos el significado de hogar, de pertenencia, de un lugar para llamarlo nuestro. En este sentido, volviendo a involucrar al geógrafo, cualquier lugar es un centro desde la perspectiva de sus sujetos. Así, «el espacio se da al conjunto de personas que lo ocupan como un conjunto de virtualidades de valor desigual, cuyo uso debe ser disputado en cada momento, en función de la fuerza de cada uno» (Santos 2010, 498).

Es en estas desiguales relaciones de poder-saber que los sujetos producen y transforman los espacios en lugares, es decir, «el lugar representa la ocupación del espacio por las personas que le otorgan significado y legitiman su condición» (Cunha 2008, 184).

Entonces, el lugar es el espacio llenado, no de manera desordenada, sino a partir de los significados de quienes lo ocupan (...) Los lugares son llenados por subjetividades. Es en este sentido que los espacios se van formando lentamente como lugares «pasando a estar dotados de valores e incorporándose a la geografía social de un grupo, que comienza a percibirlos como su base, su expresión». (Lopes 2007, 77, citado en Cunha 2008, 185)

Y la relación entre estas otras epistemologías y los lugares que ocupan da lugar a territorios. La ocupación de estos territorios no siempre se produce de manera pacífica, es decir, a menudo es necesario afirmarse como productores de conocimiento cuando, en muchas ocasiones, se les relega o se les coloca en una posición de inferioridad frente a otras ciencias «históricamente instituidas». La ocupación de estos territorios conlleva intencionalidades de sus sujetos que se hacen valer a través de múltiples formas de «emergencia», es decir, haciendo emerger sus prácticas y las tensiones que impregnan sus espacios de lucha y conflicto.

El territorio tiene una ocupación y esta revela intencionalidades: a favor de qué y en contra de qué se posiciona. Desde esta perspectiva, no existen territorios neutros. La ocupación de un territorio ocurre en el enfrentamiento entre fuerzas. Cuando ocupamos lugares, estamos tomando decisiones que llenarán los espacios y los convertirán en territorios. La elección de una dimensión anula la condición de que otra se establezca. Aunque asumamos la posibilidad de la contradicción y la dialéctica, las fuerzas en tensión revelan predominios que señalan conflictos de poder. (Cunha 2008, 185)

Y estas relaciones de poder-saber están constantemente contrayéndose y expandiéndose de acuerdo con las acciones de los sujetos. Aquí, Boaventura nos invita. El autor nos invita a estar más al sur, a ocupar estos espacios y convertirlos en territorios, reinterpretando esta perspectiva «del norte» y generando muchos otros conocimientos que no se alinean con estas formas de pensamiento colonizadas. Producir nuestro «Sur» a partir de nuestras metodologías y afiliaciones.

Así, el territorio es un espacio mediado por las representaciones construidas por un grupo particular al establecer su poder frente a otro y al apropiarse del espacio como una forma de expresión y proyección. (...) El espacio se convierte en lugar cuando los sujetos que lo atraviesan le otorgan significado. El lugar se convierte en territorio cuando se expresan los valores y dispositivos de poder de quienes otorgan los significados. (Lopes 2007, 80, citado en Cunha 2008, 185)

Siguiendo nuestra conversación, surge la pregunta: ¿cómo se relacionan estas cuestiones hasta ahora presentadas con nuestras investigaciones? A partir de las categorías enumeradas aquí, se presentarán algunas reflexiones sobre Grande Iguaçu/Baixada Fluminense/Nova Iguaçu como espacio, lugar y territorio. Maxambomba[3], Cidade Perfume[4] o Capital[5] de la Baixada Fluminense. Diferentes son los adjetivos que caracterizan a una de las principales ciudades de la región metropolitana de Río de Janeiro, Nova Iguaçu, un municipio con una relevancia histórica significativa, debido a su ubicación en la parte trasera de la Bahía de Guanabara, también conocida como Recôncavo, que durante mucho tiempo fue utilizada como ruta hacia las Minas, gracias a sus cursos de agua navegables que conectaban el interior con la costa. «Para acceder a los terrenos auríferos, la Corona hizo abrir caminos hacia las minas, rutas que cruzaban gran parte de la actual Baixada Fluminense» (Lira 2019, 42, citado en Pinto 2017).

En este contexto de cambios, el Recôncavo desempeñó un papel importante, ya que a través del Caminho Novo (1698-1710) se convirtió en el eje de conexión entre el centro político de la capitanía y el interior (de las minas). En poco tiempo, el interior se convirtió en una capitanía y en el principal polo económico del Imperio portugués. (Nascimento y Bezerra 2019, 52)

La Ciudad de Nova Iguaçu nace de lo que solía ser la antigua Villa de Iguassú[6], un territorio delimitado, como señaló José Mattoso Maia Forte (1933), que se extendía desde la Villa de Magé hasta Nossa Senhora da Conceição de Alferes y Sacra Familia, partes que pertenecían a Vassouras, y desde allí hasta Itaguaí, completando sus límites con la bahía de Guanabara.

La jurisdicción de la villa, como había fijado el decreto de la Regencia del 15 de enero de 1833, tenía al norte y noroeste las tierras comprendidas en la villa que se acababa de crear, entonces la Parahiba; las parroquias de N.S. da Conceição do Alferes y da Sacra Familia do Tinguá (partes integrantes de la Villa de Vassouras, creada por el mencionado decreto, que había extinguido la villa de Pati dos Alferes); al sur se encontraban las parroquias de Irajá y Campo Grande; al este limitaba con la bahía de Guanabara y con las parroquias de S. Nicolau de Suruhi y N.S. da Guia de Pacopahiba, de la villa de Magé; al oeste, con la jurisdicción de la villa de Itaguahi. (Maia Forte 1933, 12)[7]

Un extenso territorio que fue ampliamente utilizado por la Corona Portuguesa en los primeros momentos de la ocupación lusa en el Nuevo Mundo, como sucedió en otras partes de Brasil bajo dominio portugués. Debido al abandono sistemático de la Villa debido a brotes recurrentes de enfermedades, como la malaria, e influenciada por la creación y posterior paso del Ferrocarril Dom Pedro II por las tierras del Arraial de Maxambomba, la sede se trasladó a las proximidades de la línea férrea, alterando completamente la dinámica urbana y llevando al abandono de la antigua sede. En 1833 se creó el municipio de Iguaçu. Algunos años después, la región que concentra el centro original de la Villa recibió el nombre de Iguaçu Velho, nombre que sigue en uso en la actualidad.

La reubicación del centro administrativo municipal desde la antigua Villa de Iguaçú hasta las afueras del ferrocarril, en el Arraial de Maxambomba, se oficializó en 1891. En 1916, el nuevo núcleo administrativo, Maxambomba, fue nombrado «Nova Iguassú». (Nascimento e Bezerra 2019, 133)

Partiendo del supuesto de que en cada ciudad coexisten diferentes ciudades, cada una con su propia especificidad, siguiendo la comprensión de Pesavento (2007), optamos por abordar aquí la ciudad negra, resultado de (des)encuentros y cruzada por núcleos surgidos de la esclavitud. Y es en esta ciudad, constantemente (re)significada por sus habitantes, donde se desarrolla toda la trama narrada aquí.

A las ciudades reales, concretas, visuales, táctiles, consumidas y utilizadas en la vida cotidiana, corresponden muchas ciudades imaginarias, lo que demuestra que lo urbano es la obra máxima del hombre, una obra que nunca cesa de reconstruir, a través del pensamiento y la acción, creando tantas ciudades, tanto en el pensamiento como en la acción, a lo largo de los siglos. (Pesavento 2007, 11)

El investigador Carlos Eduardo Coutinho da Costa (2015) realizó importantes trabajos sobre las migraciones negras en el contexto de la posabolición en la región del sudeste, basándose en entrevistas con los descendientes de aquellos que abandonaron el campo en busca de mejores condiciones de vida. A partir de la investigación realizada, Costa señaló que muchos de estos individuos migraron por diversas razones: «En primer lugar, nada debe haber incentivado más la migración que el deseo de muchos ex esclavos de reunirse con familias separadas durante mucho tiempo debido al flagelo de la época de la esclavitud» (Costa 2015, 107). La necesidad de estar cerca de sus parientes era a la vez una condición de supervivencia y seguridad, ya que las historias de vida de estos individuos a menudo estaban marcadas por la violencia, la inestabilidad, la pobreza y la falta de lazos familiares extensos (Costa 2015, 107). Otro factor relevante señalado por el investigador para estas migraciones es la posibilidad de acceder a la educación.

Un segundo factor que podría haber alentado la migración también podría haber sido la búsqueda de un mayor y mejor acceso a la educación. Desde la época de la esclavitud, muchos esclavos dejaron en sus documentos de manumisión el deseo de cambiar la servidumbre por muchos años de servicio obligatorio a cambio de que su dueño los asistiera en caso de enfermedad y, sobre todo, de proporcionar educación a sus hijos. (Costa 2015, 107)

Las migraciones de personas negras que partieron desde el Valle del Paraíba, debido al declive de la agricultura causado por el fin de la esclavitud, así como la búsqueda de mejores condiciones en los nuevos centros urbanos en desarrollo, como la Capital Federal, por ejemplo, llevaron a estos grupos a acercarse a estas nuevas áreas urbanas en crecimiento exponencial. «Es decir, después de 1888, la capital federal se convirtió en el centro de atracción de la mano de obra desocupada del Sudeste, que estaba en crisis de producción» (Costa 2015, 105).

A pesar de que la permanencia era la norma entre aquellos que experimentaron la transición de la esclavitud a la libertad, la mayoría de los nacidos entre 1850 y 1869 experimentaron algún tipo de migración. En primer lugar, eran hombres, probablemente solteros que se desplazaron dentro del interior del estado, de una propiedad a otra. La migración definitiva parece haber sido más común en las trayectorias de vida de aquellos nacidos después de la abolición. (Nascimento y Bezerra 2019, 191)

Es interesante considerar la posibilidad de migración del personaje principal de este texto: Silvino de Azeredo. Nacido en Caximbau, en la Vila de Iguaçu, se sabe poco sobre su infancia y adolescencia. La fuente más consultada sobre su vida son las informaciones biográficas recopiladas por su hijo Luiz Martins de Azeredo[8]. Este afirma que Silvino nació el 17 de junio de 1859 y que, a lo largo de su vida, después de la muerte de sus padres y una enfermedad no especificada, pero que el autor de este texto supone que podría haber sido una afección respiratoria, ya que se le recomendó el aire fresco de Paty dos Alferes, experimentó una vida itinerante entre la Capital, Iguaçu y la Serra. Es intrigante pensar que el futuro fundador del Correio da Lavoura pudo haber experimentado algo similar a lo identificado por Costa (2015).

Silvino de Azeredo fue un intelectual negro activo en la escena de la Grande Iguaçu en las décadas de 1920-1940. El intelectual es un individuo versátil, cuya influencia abarca tanto los ámbitos públicos como privados y, en ocasiones, se extiende al público en general. «La definición de intelectual, independientemente de la actividad profesional o de la naturaleza reflexiva de su trabajo, está condicionada por la intervención de estos productos o elaboraciones reflexivas en asuntos públicos» (Wasserman 2015, 65). En otras palabras, su territorio[9] —la esfera política—, se desarrolla en la ciudad, donde se destaca a través de amistades establecidas, colectivos formados e ideas defendidas. Es en diversas ciudades donde sus acciones son legitimadas, alrededor de diferentes debates, eventos y sucesos, tejen sus redes de sociabilidad y solidaridad.

Los intelectuales modernos desempeñan sus funciones de crítica o legitimación del orden, siendo la ciudad el lugar por excelencia para llevar a cabo estas actividades. De hecho, la condición urbana define el papel de los intelectuales como agentes en los asuntos públicos. (Wasserman 2015, 68)

Estar atentos a las voces de las ciudades, sus murmullos, angustias y quejas, participar en los diversos debates políticos, deliberar sobre cuestiones que afectan directamente la vida citadina, dirigir miradas y/o llamar la atención del público sobre cuestiones de actualidad, son ejemplos de las acciones de estos individuos. Y para que estas movilizaciones encontraran un terreno fértil, era necesario estar constantemente en movimiento, es decir, estar presente en los numerosos eventos que ocurren a diario en la vida multifacética de las ciudades.

Una vida dinámica y activa, junto con una navegabilidad social, son necesarias para la labor intelectual, y estas características están presentes en las acciones de Silvino Azeredo. Sus pasos están registrados no solo en su periódico, sino también en otras publicaciones de la época. A lo largo de los años de existencia del Correio da Lavoura, que cumplió 105 años en 2022, el director del periódico escribió pocas columnas, pero llevó a cabo una vida pública dinámica, participando en numerosos eventos, celebraciones, misas, debates políticos, reuniones de la Liga Brasileña Contra el Analfabetismo, actividades académicas y muchas otras acciones que no se registraron en las páginas de los periódicos, lo que indica una vida activa que tejía redes sociales extensas y amplias, que a menudo se extendían más allá del territorio de Iguaçu, llegando al Distrito Federal y al propio Estado de Río de Janeiro.

Es esencial destacar que los individuos son múltiples y que resulta imposible capturar todas sus facetas. En este cosmos que es la vida humana, múltiples esferas atraviesan y marcan el itinerario pensado y/o propuesto, lo que hace que la vida sea aún más dinámica y rica, ya que es caminando que se construye el camino. Con esta premisa en mente, resultaría imposible encasillar a Silvino Azeredo en todos los contextos que marcaron su vida. Por lo tanto, la premisa que guiará la comprensión de sus acciones como intelectual será su práctica periodística.

Su actividad al frente del periódico fue el punto de partida y la base de una parte de las relaciones sociales y solidaridad que se establecieron con la fundación del periódico el 22 de marzo de 1917, pero no fueron las únicas. A lo largo de sus días, en sus idas y venidas, forjó amistades y construyó una vida pública proactiva. Según la biografía compilada por su hijo Luiz Martins de Azeredo, después de regresar de la ciudad de Pati dos Alferes en 1885, a la edad de 26 años, se matriculó, con la ayuda de terratenientes locales de Pati, en el Externato Aquino y luego en la Escuela Politécnica. Mientras estudiaba Farmacia, también enseñaba matemáticas en el Liceu Portugués y trabajaba como revisor en el Diário do Brazil. La investigadora Amália Dias en su tesis «Entre Laranjas e Letras: Processos de escolarização no Distrito-sede de Nova Iguaçu (1916-1950)» (2014) también destaca este hecho:

En ese efervescente período político, Silvino circulaba por Río de Janeiro, enseñando matemáticas en el Liceu Literário Portugués y trabajando en la revisión del Diário do Brazil, fundado y dirigido por el Diputado Antônio Alves de Sousa Carvalho. Según Lusirene Ferreira (2010), el Diário do Brazil era fuertemente conservador, antiabolitionista y representaba los intereses de los terratenientes. (Dias 2014, 49)

La cuestión étnica de Silvino Azeredo es un punto importante que necesita ser abordado. Volviendo una vez más a la biografía escrita por su hijo, el fundador del Correio da Lavoura nació el 17 de junio de 1859 en Cachimbau, en la Villa de Iguassú. No se conoce el origen de sus padres, Cândido de Almeida de Azeredo Coutinho y Tereza Joaquina Conceição Coutinho, ni siquiera si eran esclavos o liberados. Del mismo modo, no se menciona nada sobre su condición al nacer. Lo que es un hecho es que nació 12 años antes de la primera ley proemancipación de la población negra esclavizada. Como señaló el investigador Carlos Eduardo Coutinho da Costa, muchos hombres negros experimentaron algún tipo de migración en sus vidas, especialmente entre 1850 y 1869. Teniendo en cuenta el año de nacimiento de Silvino de Azeredo, es posible suponer que el fundador del semanario haya migrado desde su lugar de nacimiento hacia el centro de la Villa, acercándose al epicentro político-administrativo, donde teóricamente las noticias imperiales llegarían más rápido. Según el investigador:

A pesar de que la permanencia fue la norma entre aquellos que experimentaron la transición de la esclavitud a la libertad, gran parte de los nacidos entre 1850 y 1869 experimentaron algún tipo de migración. En primer lugar, eran hombres probablemente solteros que se desplazaban de propiedad en propiedad en el interior del Estado. La migración definitiva aparentemente estuvo más presente en la trayectoria de vida de los nacidos después de la abolición. (Costa 2019, citado en Nascimento e Bezerra 2019, 191)

El trabajo realizado por Costa se basó en entrevistas a descendientes directos de antiguos esclavos que están bajo la custodia del Laboratorio de Historia Oral e Imagen de la Universidad Federal Fluminense. Esta investigación es fundamental, ya que abre una nueva vía de análisis para las migraciones que posteriormente contribuyeron a la formación de la población de la Baixada, dado que nuevas áreas de producción surgieron con el desarrollo de la citricultura en el territorio de Iguassú. Según Costa:

El crecimiento urbano generado por la expansión de la producción de naranjas, junto con los incentivos gubernamentales en políticas de saneamiento, inversión en exportación y construcción de beneficios como el hospital, pueden haber atraído y provocado una migración masiva desde diversas ubicaciones, incluso desde el extranjero, hacia el municipio de Iguazu (...) La Baixada Fluminense, parte de la región metropolitana de Río de Janeiro, aparece como el destino preferido de los hijos y nietos de los ex esclavos del Vale do Paraíba. (Costa 2019, citado en Nascimento y Bezerra 2019, 192)

La posibilidad de que Silvino de Azeredo se desplazara desde Cachimbau hasta la Baixada, una región relevante por ser un punto de comercio y, más tarde, con la llegada del ferrocarril, puede haber influido en la decisión de migrar del fundador del periódico. Las redes de sociabilidad y solidaridad establecidas por los antiguos esclavizados, como señaló Costa (2019), también fueron fundamentales para la movilidad, ya que formaron una red de apoyo y sustento para los recién llegados, ofreciendo cierta seguridad en sus desplazamientos. Estas redes de ayuda también pudieron tener un impacto significativo en otro aspecto: la elección de sus colaboradores en sus empeños.

El hecho de ser negro puede haber tenido una influencia significativa en las relaciones que se establecerían en el futuro, incluso orientando la elección de los colaboradores que formarían parte del cuerpo editorial del periódico. En las publicaciones del periódico entre los años 1917 y 1939, no se identificaron noticias, secciones de opinión o columnas que abordaran, al menos textualmente, la identidad étnica de su fundador. Sin embargo, cambiando el ángulo de visión y ampliando la mirada, se pueden percibir rastros significativos: las diferentes imágenes de colaboradores negros en las páginas. El testimonio ofrecido por las fuentes visuales puede indicar cómo Silvino de Azeredo dejaba entrever su condición de negro y la de sus colaboradores frente a los estigmas que la población negra sufrió durante tres siglos y medio de esclavitud, como nos informa Burke (2017, 24) sobre las imágenes.

El uso de imágenes en diferentes períodos, ya sea como objetos de devoción o medios de persuasión, para transmitir información o brindar placer, les permite testimoniar antiguas formas de religión, conocimiento, creencia, entretenimiento, etc. Aunque los textos también proporcionan valiosas pistas, las imágenes son el mejor guía para comprender el poder de las representaciones visuales en la vida religiosa y política de culturas pasadas.

Como señala Peter Burke, «las imágenes son testigos silenciosos, y es difícil traducir su testimonio en palabras. Pueden haber sido creadas para comunicar un mensaje propio» (Burke 2004, 18). En otras palabras, se requiere un análisis crítico acompañado de una comprensión del contexto de creación para evitar el uso alegórico de las figuras, como simples ilustraciones, que pueden llevar a interpretaciones erróneas o reforzar concepciones sesgadas y distorsionadas. Aun así, Burke nos presenta formas adecuadas de manipular este material: «Para utilizar la evidencia de las imágenes de manera segura y efectiva, es necesario, al igual que con otros tipos de fuentes, ser consciente de sus debilidades» (Burke 2017, 26).

Cuando los historiadores utilizan imágenes, tienden a tratarlas como simples ilustraciones, reproduciéndolas en libros sin comentarios. En los casos en que las imágenes se discuten en el texto, a menudo se utilizan para ilustrar conclusiones a las que el autor ya había llegado por otros medios, en lugar de ofrecer nuevas respuestas o plantear nuevas preguntas. (Burke 2004, 12)

Por lo tanto, arrojar luz sobre el proceso creativo de las imágenes, quién las creó, cuándo se crearon, para quién se crearon y, sobre todo, las intenciones de los sujetos, se vuelve fundamental para que estos vestigios de imágenes puedan transformarse en vestigios históricos, ya que «estas pistas no necesariamente dictan la relación veraz de los eventos históricos, pero son testigos de una parte de la articulación y conexión con actores y/o entornos históricos» (Godoy y Oliveira 2018, 91).

Junto con las palabras de advertencia, Burke (2014) también señala las posibilidades de las imágenes como pistas que se pueden utilizar para aventurar una de las posibles interpretaciones de estos otros elementos estudiados basados en signos de la realidad, ya que «el término “pistas” se refiere a manuscritos, libros impresos, edificios, muebles, paisaje (como modificado por la explotación humana), así como a muchos tipos diferentes de imágenes: pinturas, estatuas, grabados, fotografías» (Burke 2004, 16). Estas pistas dan vida y generan resultados positivos «por su potencial para conectarse con posibles acciones y narrativas de un momento histórico, lo que los califica como posibles documentos históricos» (Godoy y Oliveira 2018, 91).

Por lo tanto, al proponer el uso de las imágenes publicadas en el Correio da Lavoura, la acción tiene como objetivo indicar, además de la pertenencia étnica del fundador, que como se mencionó anteriormente, no se presenta en lenguaje verbal, pero está presente en lenguaje no verbal, demostrando la participación activa de individuos negros educados, también la posibilidad de un periódico negro de Iguaçu.

La investigadora Ana Flávia Magalhães Pinto, que estudia la prensa negra en los siglos XIX y XX, marca en su investigación los diversos periódicos dirigidos por hombres negros y cómo estos individuos, a través de la prensa, denunciaban los horrores de la esclavitud y el limbo en el que se encontraban los negros aún esclavizados y, en particular, los liberados, que ya no estaban esclavizados, pero tampoco se consideraban ciudadanos plenos. Estos individuos, a través de periódicos y tipografías, formaban redes de sociabilidad y solidaridad, fortaleciéndose como grupo y dando cuerpo y voz a sus demandas.

La investigadora establece algunas limitaciones para la clasificación de los periódicos con el fin de estructurar lo que ella llamó Prensa Negra: el(los) autor(es), obra(s) y público(s). Estos tres ejes guiarían el análisis de las publicaciones y su clasificación en la categoría desarrollada.

(...) recurrí a las categorías «autor», «obra» y «público» como momentos de la producción comunicativa, como estrategia de explicación. Así, el concepto de pertenencia guiaría estas tres instancias según sus especificidades. El reconocimiento de un periódico como manifestación de la prensa brasileña pasaría por los vínculos del periódico con el espacio en cuestión: hecho por brasileños; en suelo brasileño; dirigido a un público brasileño; en estrecho diálogo con ese público; tratando asuntos brasileños.

Como la historia y la historiografía de la prensa brasileña han mostrado, dependiendo de los intereses, la ocasión y las perspectivas, estos requisitos no necesariamente debieron cumplirse en su totalidad para que una publicación se afirmara como tal. Desde este punto de vista formal, la prensa negra, la prensa brasileña, la prensa abolicionista, la prensa obrera o la prensa femenina serían solo expresiones compuestas en las que el adjetivo sugiere posibilidades de comprensión, a las que también se vinculan cuestiones relacionadas con la autoría, el público y los objetivos: periódicos hechos por negros; para negros, que tratan temas de interés para las poblaciones negras. (Pinto 2010, 20)

Partiendo de las categorías establecidas para la inspección de los periódicos que podrían encajar en las definiciones conceptuales que ella estableció, el Correio da Lavoura cumple al menos uno de los ejes propuestos: hecho por personas negras. También es posible agregar otro eje guía al analizar el periódico: la incorporación de diferentes individuos negros con diversas afiliaciones sociales: profesores, poetas y periodistas de otros semanarios, por ejemplo. Alcance del periódico que puede indicar cómo, además de difundir noticias periodísticas, se acercaba a los diferentes intelectuales negros dispersos por el territorio del Recôncavo. La dirección del periódico por Silvino Azeredo y Silvino Silverio ha recibido un destacado reconocimiento en diferentes trabajos académicos, lo que sugiere su condición como intelectuales negros que actuaron en Nova Iguaçu, posiblemente otro factor agregador para la aproximación de estos individuos.

Las fotografías del capitán Silvino de Azeredo publicadas en el periódico, al igual que las de sus familiares y su colaborador Silvino Silverio, señalan una condición nunca mencionada en los textos: son intelectuales negros. Esta condición nos lleva a reflexionar sobre la trayectoria de este intelectual y su elección/posibilidad de trabajar en la prensa. (Dias 2014, 44)

Al utilizar las imágenes como evidencia, se abre un nuevo frente de posibilidades en relación con la cuestión étnica de los grupos que pasaron por la publicación. Al colocar en la primera página a un afroiguazuano, un intelectual activo en la escena pública local y regional, el periódico se autodefine como un periódico negro, creado y liderado por manos negras[10]. El diseño de la página, el tamaño y la centralización de la fotografía, la atención en la elección de la mejor imagen y las columnas precedidas por las letras en negrita «homenaje a nuestro director» indican toda la intencionalidad en la producción de esta memoria histórica periodística local. Un hombre negro letrado, un intelectual activo con un buen flujo entre los diferentes estratos de la sociedad fluminense y carioca busca construir una tradición vinculada a la vanguardia y a la práctica periodística en el Sertão.

Sería imprudente atribuir a estos artistas-reporteros una «mirada inocente» en el sentido de una mirada que fuera completamente objetiva, libre de expectativas o prejuicios de cualquier tipo. Tanto literal como metafóricamente, estos bocetos y pinturas registran «un punto de vista». (Burke 2004, 24)

La posibilidad de una prensa negra en la Gran Iguaçu, según los criterios establecidos por Pinto (2010), cobra forma al entrecruzar las imágenes encontradas de los colaboradores del periódico con las categorías de análisis de las fotografías. Esta forma de prensa en lugares no hegemónicos refuerza la importancia de la Baixada Fluminense como campo de investigación. Como afirma Burke (2017, 209), «cada imagen cuenta una historia» y estas historias —las historias de la Gran Iguaçu, de esta Iguaçu negra— pueden ser recordadas por y a partir de los intelectuales negros que transitaron por aquí.

Este enfoque agudo estuvo presente a lo largo de la vida de Silvino de Azeredo y se transmitiría a sus sucesores, mostrando cómo allanar el camino a través de la interacción con diferentes sujetos y la opinión pública en general. La labor intelectual es dinámica, tejiendo redes, construyendo trayectorias y alianzas, a veces acercándose debido a diversas afinidades, a veces alejándose según las nuevas propuestas que surgen con el paso de los días. En este sentido, Silvino de Azeredo, como representante de la intelectualidad de Iguaçu, buscó fortalecer su periódico a partir de las numerosas relaciones construidas, convirtiendo al Correio da Lavoura en el exponente periodístico más importante de la Gran Iguaçu.

Dialogando nuevamente con Costa (2015), estos migrantes, incluyendo aquellos que más tarde fundarán el periódico de Iguaçu, ocuparán en diferentes momentos, debido a su proximidad con la capital, las tierras de la Baixada, al tiempo que contribuirán a la formación de la población de Iguaçu. «La Baixada Fluminense, Región Metropolitana de Río de Janeiro, aparece como el destino preferido de los hijos y nietos de los ex esclavos del Vale do Paraíba» (Costa 2015, 114).

Además del aumento en la oferta de servicios, las regiones circundantes a la ciudad expandieron sus producciones, en parte dirigidas al mercado de abastecimiento de la ciudad y en parte al mercado externo, como fue el caso de los naranjales en Nova Iguaçu, Campo Grande, Madureira y Cascadura, además de las industrias, con énfasis en las fábricas de Bangu. (Costa 2015, 109)

Varias de estas cuestiones impregnan los periódicos que surgen en las primeras décadas del siglo XX, especialmente aquellos que surgen en el territorio de la Baixada Fluminense, una región marcada por estos movimientos migratorios que han dado forma a su población actual. El establecimiento de estos grupos en todo el territorio modifica la dinámica social local y, dependiendo de la localidad, se moviliza y se estructura de diferentes maneras, según las múltiples cuestiones económicas, sociales y políticas.


Silvino de Azeredo - Fundador de Correio da Lavoura

Imagen obtenida de https://www.correiodalavoura.com/p/quem-somos.html


El Recôncavo da Guanabara es rico en ciudades y elementos históricos, y esta es sin duda su característica más distintiva, lo que podría dar la falsa sensación de uniformidad a una mirada no informada, lo cual dificultaría en gran medida la comprensión de los diferentes matices, tanto espaciales como sociales. En este sentido, algunas categorías históricas debieron estar presentes para contribuir a una mejor comprensión de lo que representa este lugar o territorio.

Aprovechando el fructífero diálogo con la Geografía, la región de Grande Iguaçu[11] emerge como un actor en la trama que se desarrolla aquí, no simplemente como un escenario. Es la dimensión humana la que transforma el espacio en un lugar. Es decir, la forma en que cada individuo da significado y (re)significa el constructo social que impregna su vida. El lugar se constituye cuando otorgamos sentido a los espacios, es decir, cuando reconocemos su legitimidad (Cunha 2008).

Entonces, el lugar es el espacio que se llena, no de manera desordenada, sino a través de los significados que le otorga quien lo ocupa. Los lugares están llenos de subjetividades. En este sentido, los espacios se convierten en lugares «adquiriendo valores e integrándose en la geografía social de un grupo, que los percibe como su base, su expresión». Cuando nuestra subjetividad da sentido a los lugares, se convierten en una parte de nosotros mismos. (Cunha 2008, 185)

Por lo tanto, al referirse a la ciudad de Nova Iguaçu y a la Baixada Fluminense como «lugares, territorio o región», se asume la perspectiva de que estos lugares están cargados de subjetividades e intencionalidades que sus habitantes/transeúntes/residentes les atribuyen basadas en sus objetividades. No existe neutralidad en la relación humana. Todo parte de elecciones y negociaciones que, cuando se entrecruzan, transforman la Baixada en un territorio.

El territorio tiene una ocupación y esta revela intencionalidades: a favor de qué y en contra de qué se posiciona. En esta perspectiva, no hay territorios neutros. La ocupación de un territorio se da en el enfrentamiento entre fuerzas. Por lo tanto, el territorio es un espacio mediado por las representaciones construidas por un grupo determinado al establecer su poder frente a otro y al apropiarse del espacio como expresión y proyección de sí mismo. (Lopes 2007, 80, citado en Cunha 2008, 185)

Al adentrarse en las historias de Nova Iguaçu en un esfuerzo por construir una de las posibles comprensiones de este espacio, es necesario prestar atención y tener cuidado con los procesos de formación de este territorio. El primer cuidado que debe tenerse en cuenta es la comprensión de que la Nova Iguaçu actual no es la misma que en su apogeo territorial, es decir, la ciudad-región[12], Grande Iguaçu, ha experimentado, y de alguna manera aún experimenta, varios procesos fragmentarios que han moldeado, y aún moldean, sus límites. Esto significa que el proceso de formación de este espacio fue heterogéneo, imprimiendo a cada lugar una identidad única.

 

 

 

Referencias

Burke, Peter. 2017. Testemunha ocular: o uso de imagens como evidencia história. São Paulo: Unesp Editora.

Costa, Carlos Eduardo Coutinho da. 2015. «Migrações negras no pós-abolição do sudeste cafeeiro (1888-1940)». Topoi 16, n.o 30: 101-126. e-ISSN 2237-101X. https://doi.org/10.1590/2237-101X016030004

Cunha, Maria Isabel da. 2008. «Os conceitos de espaço, lugar e território nos processos analíticos da formação dos docentes universitários». Educação Unisinos 12, n.o 3: 182-86. ISSN 2177-6210. https://revistas.unisinos.br/index.php/educacao/article/view/5324/2570

Dias, Amalia. 2014. Entre laranjas e letras: processos de escolarização no distrito-sede de Nova Iguaçu (1916-1950). Rio de Janeiro: Editora Quartet. 

Godoy, Guilherme Tadeu de e Mirtes Cristina Marins de Oliveira. 2018. «Acervos de centro de pesquisa: a construção da narrativa histórica e os materiais iconográficos». Pós-liminar 1, n.o 2: 89-102. ISSN 2595-9557. https://periodicos.puc-campinas.edu.br/pos-limiar/article/view/4414/2719

Gomes, Fulvio de Moraes. 2012. «As epistemologias do sul de Boaventura de Sousa Santos: por um resgate do sul global». Revista Páginas de Filosofia 4, n.o 2: 39-54. ISSN 2175-7747. https://www.metodista.br/revistas/revistas-metodista/index.php/PF/article/view/3749/3357

Nascimento, Álvaro Pereiro do e Nielson Rosa Bezerra. 2019. De Iguassú à Baixada Fluminense: histórias de um território. Curitiba: Aprris.

Pesavento, Sandra Jatahy. 2007. «Cidades visíveis, cidades sensíveis, cidades imaginárias». Revista Brasileira de História 27, n.o 53: 11-23. ISSN 0102-0188. https://doi.org/10.1590/S0102-01882007000100002

Pinto, Ana Flávia Magalhães. 2010. Imprensa negra no Brasil do século XIX. São Paulo: Selo Negro.

Santos, Boaventura de Sousa e Maria Paula Meneses, orgs. 2013. Epistemologias do Sul. São Paulo: Cortez.

 

 

 

 

Notas

[1] Las citas proporcionadas en este artículo fueron traducidas por el equipo de la revista. Las citas originales proporcionadas por el autor están en portugués. Las traducciones no son traducciones oficiales de los documentos citados.

[2] Milton Almeida dos Santos es considerado uno de los intelectuales brasileños más importantes del siglo XX. Sus obras contribuyeron a una nueva comprensión de la geografía en Brasil a partir de la década de 1970. Para obtener más información, consulte: https://pt.wikipedia.org/wiki/Milton_Santos  Acceso en: 5 de mayo de 2023.

[3] Maxambomba: se refiere a un tipo de vehículo de transporte de pasajeros compuesto por una pequeña locomotora sin cobertura que tiraba de dos o tres vagones que también podían ser de pasajeros, muy utilizado en la región durante el período en que los ríos de la región del Recôncavo servían como hidrovías.

[4] La citricultura fue ampliamente fomentada en las tierras fluminenses. La cosecha de los naranjales se precede por su floración, que exhala un olor dulce y agradable. Como gran parte del territorio se dedicaba al cultivo de este género, el perfume se extendía lejos. De este curioso hecho se deriva el apodo cariñoso.

[5] Se trata de una broma entre los habitantes de los municipios de Nova Iguaçu y Duque de Caxias por el "título" de ciudad más importante de la Baixada Fluminense.

[6] Debido a su origen indígena, la ortografía del nombre Iguaçu cambió con las diferentes reformas ortográficas del portugués. Para facilitar la lectura, se utilizará el nombre actual en todo el texto.

[7] Manteniendo la ortografía original.

[8] Luiz Martins de Azeredo fue redactor-secretario y, junto con su hermano Avelino Martins de Azeredo, asumió la dirección del Correio da Lavoura después del fallecimiento de Silvino de Azeredo. Fue miembro fundador de la Arcadia Iguassuana de Letras y periodista socio de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI). Para obtener más información, consulte: Alexandre, Maria Lucia Bezerra da Silva. 2021. «Nova Iguaçu em transe: jornalismo, política e visões de cidade (1945-1964)», tesis de doctorado. Fundación Getúlio Vargas. Río de Janeiro. https://bibliotecadigital.fgv.br/dspace/handle/10438/30693

[9] Los intelectuales son sujetos múltiples que producen sus entornos en diferentes estratos sociales, ya sea en la vida pública y activa o, incluso, en prácticas más restringidas, privadas, con poca implicación directa. Aun así, estos sujetos movilizaban acciones destinadas a cambios en múltiples aspectos de la vida en la urbe. Siguiendo los preceptos establecidos por Gomes y Hansen (2016) y los vestigios dejados por Silvino de Azeredo en su periódico, se optó por delimitar al periodista como un intelectual negro activo y actuante en la escena de Nova Iguaçu, ya sea a través de su periódico o de sus representantes. Para obtener más información sobre las diversas interpretaciones del término intelectual, consulte: Gomes y Hansen 2016.

[10] Ver portada del periódico Correio da Lavoura del 17 de junio de 1920 que celebra otro aniversario del fundador del periódico.

[11] Grande Iguaçu se refiere al territorio espacial total anterior a las emancipaciones que, posteriormente, formarán la actual Baixada Fluminense. De esta manera, la Grande Iguaçu incluía los actuales municipios de Nova Iguaçu, Mesquita, Nilópolis, Belford Roxo, São João de Meriti, Queimados, Japeri y Caxias.

[12] Sobre el término, ver: Silva, 2017.

 

 

Biodata

Diogo Piassá das Mercês: Nacido y criado en la ciudad de Nova Iguaçu, Baixada Fluminense, Río de Janeiro. Está realizando un magister en Educación en el Programa de Posgrado en Educación de la Facultad de Educación de la Universidad Federal de Río de Janeiro (PPGE/FE/UFRJ). Es licenciado en Pedagogía por la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) y licenciado en Historia por la Red Claretiano de Educación. Imparte clases de Historia e Historia del Arte en la red privada de Nova Iguaçu.

 

 

 

Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, editada en la ciudad de Concepción, Chile. Ediciones nuestrAmérica. Correo contacto@revistanuestramerica.cl