Rev. nuestrAmérica, 2023, n.o 21, edición continua, e8061515

Artículo depositado en Zenodo. DOI https://doi.org/10.5281/zenodo.8061515

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Movimiento y actualidad de la Filosofía de la Liberación

Movimento e atualidade da Filosofia da Libertação

Movement and actuality of the Philosophy of Liberation

 

Abdiel Rodríguez Reyes

Doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco

profesor en la Universidad de Panamá

abdiel.rodriguezreyes@up.ac.pa

https://orcid.org/0000-0001-9186-0986

 


Resumen: En este artículo primero abordaremos el tema de la filosofía de la liberación como movimiento, resaltando a figuras como Ricaurte Soler que, hasta entonces, pasaban desapercibidas en estos recuentos, también a la filosofía de la liberación argentina y cómo ésta, en la figura de Enrique Dussel, desembocó en una escuela de pensamiento heterogénea de vibrante actualidad. A pesar de las distinciones realizadas entre movimiento y escuela, en ambos casos se concluye que la filosofía de la liberación es también una política de la liberación. Eso quiere decir que su compromiso político no se puede desprender de las cogitaciones más abstractas. Y, en eso consiste su actualidad, porque tiene algo para decir en estos tiempos de guerra y pandemia en que la afirmación de la vida deviene como el principio articulador para la praxis liberadora.

Palabras clave: liberación, filosofía, pensamiento, dominación, vida.

 

Resumo: Neste artigo, abordaremos inicialmente o tema da filosofia da libertação como movimento, destacando figuras como Ricaurte Soler, que, até então, passavam despercebidas nessas narrativas, bem como a filosofia da libertação argentina e como ela, representada por Enrique Dussel, resultou em uma escola de pensamento heterogênea de atualidade vibrante. Apesar das distinções feitas entre movimento e escola, em ambos os casos conclui-se que a filosofia da libertação também é uma política de libertação. Isso significa que seu compromisso político não pode ser separado das cogitações mais abstratas. E é nisso que reside sua atualidade, pois tem algo a dizer nestes tempos de guerra e pandemia, nos quais a afirmação da vida se torna o princípio articulador para a práxis libertadora.

Palavras-chave: libertação, filosofia, pensamento, dominação, vida.

 

Abstract: In this article we discuss the theme of the philosophy of liberation as a movement, highlighting figures such as Ricaurte Soler who until then went unnoticed in these accounts, also the Argentine philosophy of liberation and how it, in the figure of Enrique Dussel, led to a presently vibrant heterogeneous school of thought. Despite the distinctions made between movement and school, in both cases it is concluded that the philosophy of liberation is also a politics of liberation. That means that its political commitment cannot be detached from the most abstract cogitations. And, that is what its actuality consists of, because it has something to say in these times of war and pandemic in which the affirmation of life becomes the articulating principle of liberating praxis.

Keywords: liberation, philosophy, thought, domination, life.

 


Recibido: 8 de enero de 2023

Aceptado:  13 de abril de 2023

Publicado: 15 de abril de 2023


 

A Francisco Márquez

Introducción

En este artículo primero abordaremos el tema de la filosofía de la liberación como un movimiento. Esto significa pensarlo en un sentido más amplio que al circunscrito solo a la filosofía de la liberación argentina. Al hacerlo así, incorporaremos a otros pensadores. De esta manera, tendríamos una visión integral de su desarrollo. Esto no quita la importancia de la filosofía de la liberación argentina en el movimiento filosofía de la liberación en general, y esta a su vez como una de las expresiones más visibles del pensamiento filosófico latinoamericano.   

Juan Carlos Scannone afirma lo siguiente: “La filosofía de la liberación (FL) nació en nuestro país, en 1971, a partir de la toma de conciencia de un grupo de filósofos acerca de la injusticia estructural que oprime a las mayorías populares en América Latina” (Scannone 2013, 11). En un sentido amplio, abordar la filosofía de la liberación como movimiento no solo se circunscribe al grupo de filósofos argentinos, sino a toda esa gama de preocupaciones por la liberación que fueron articulando diversos pensadores a lo largo de toda nuestra Abya Yala[1]. Ahora bien, esto no niega la pertinencia del grupo argentino, solo que piensa la cuestión en un sentido más amplio.

Como movimiento quiero dar cuenta también sobre su proto inicio y cómo se expresó esa preocupación en un pensador panameño como Ricaurte Soler[2]. Por actualidad, quiero evaluar y es más bien un esfuerzo colectivo, si la filosofía de la liberación nos puede decir algo hoy, en este marco global de complejidades, entre guerra y pandemia. De ser así, cómo desarrollarlo en estricto sentido inmanente. Como movimiento, la filosofía de la liberación, aquella propuesta en que la liberación era el contenido, en muchos países de nuestra Abya Yala, diversos pensadores se abocaron a reflexionar concretamente sobre la dominación y sobre las prácticas liberadoras que buscaban poner fin a esa abominación.

Quiero aclarar que, la filosofía de la liberación la estudiamos y la ejercemos desde un espectro más amplio, el del pensamiento filosófico latinoamericano, sobre esto, diversos autores y de diversas generaciones ya han abordado el tema desde esta denominación propiamente, como Beorlegui (2010), Cerutti (2011), Guadarrama (2012), Pachón Soto (2015), Carmen Bohórquez (2011) entre otros y otras. Si nos percatamos de las fechas de publicación, nos daremos cuenta de su reciente aparición, lo que denota la renovación por el interés sobre la cuestión en sí. Sin embargo, resulta enriquecedor volver sobre la filosofía de la liberación como movimiento y analizar su actualidad.

Por otro lado, está la convicción de que el sentido de la filosofía de la liberación tiene siglos de existencia. Es una forma de resistencia, por lo menos, desde la estructural y sistemática imposición de lo que Aníbal Quijano trabajó como «colonialidad del poder». A partir del encubrimiento, como diría Dussel, no descubrimiento, de 1492 de nuestra Abya Yala. En esto es necesario ser sutil. Antes de 1492 ya teníamos toda una cosmovisión muy rica. No es que todo empieza desde esa fecha, muchas veces caemos en esa idea fetichista equívoca. Ya los pueblos aurorales de nuestra Abya Yala tenían miles de años de existencia. Una multiplicidad de factores hizo posible la dominación del imperio español sobre nuestros territorios, expoliando los recursos naturales y minerales durante siglos, en detrimento incluso de nuestra propia espiritualidad.

Lo que surge a partir del encubrimiento de 1492 es la experiencia sistemática de dominación a partir de un patrón de poder mundial que ya hemos dicho, se denominó: «colonialidad del poder». Como forma de resistencia surgen diversas acciones e, incluso un pensamiento filosófico como respuesta a esa dominación. El proyecto filosófico en ese sentido es el de la liberación de nuestros pueblos y, con ellos su cosmología, aplastada por el imperialismo español y la modernidad capitalista que emergía en esa contradicción respectivamente. Esto último, tiene mucha importancia porque siempre hemos terminado dominados por un imperio y su racionalidad instrumental, o por lo menos bajo su paragua de influencias. Así, sucesivamente en nuestro caso, Panamá, fuimos colonizados por el imperio español, luego nos independizamos en 1821, esa fue nuestra primera emancipación, ahora nos falta una segunda, de mayor alcance epistemológico y político, más allá de la servidumbre de cipayo. Pero para nuestra particularidad nos constituimos una república en 1903, bajo la dominación del imperio estadounidense, de tal forma que, la liberación e incluso el antiimperialismo, será un tema de fondo, cuya toma de conciencia es fundamental.

 

La filosofía de la liberación como movimiento

Somos deudores de Joel Rojas[3] en el análisis de la filosofía de la liberación como movimiento, por eso él en un reciente artículo Augusto Salazar Bondy, filósofo de la liberación peruana plantea una visión de la filosofía de la liberación como movimiento, es decir, más allá del grupo argentino, aunque el mismo Enrique Dussel uno de los miembros más conspicuos ha señalado la importancia de Bondy para la filosofía de la liberación en sentido estricto. La propuesta de Rojas consiste en pensar a este movimiento más allá de los filósofos argentinos quienes explícitamente empezaron a usar frecuentemente la denominación «filosofía de la liberación», en ese sentido si hacemos el ejercicio desde Panamá, nuestro filósofo más representativo en esa lid sería Soler.

Entrando en materia sobre la denominación filosofía de la liberación, no podíamos entrar sin hacer este primer bosquejo más amplio. Podemos decir que, en un sentido más amplio, entendemos a la filosofía de liberación como una respuesta a la dominación del encubrimiento del imperio español sobre gran parte de nuestra Abya Yala. Pero, en sentido estricto cuando se usa con frecuencia la denominación filosofía de la liberación, explícitamente, es más reciente. También téngase en cuenta que, esta acepción tampoco era un bloque homogéneo, desde su surgimiento constatamos sectores en su interior: «el sector populista y el sector crítico del populismo» (Cerutti Guldberg 2006, 302). Lo cual tendrá incidencia en los posicionamientos políticos concretos ulteriores.

También hay que aclarar y de eso se trata la filosofía, de ser rigurosos. En cuanto movimiento se amerita aclaraciones. El movimiento en sentido amplio es cuando una generación de varios filósofos y pensadores reflexionan en torno a una problemática, en este caso la liberación. El movimiento en sentido estricto es cuando una generación de varios filósofos y pensadores reflexionan explícitamente bajo la denominación filosofía de la liberación como en el caso del grupo de los argentinos. Los referentes de lo primero, aquellos más conocidos fueron Leopoldo Zea y Augusto Salazar Bondy. Pero aquí también me gustaría incluir a Soler, quizá en este contexto sea el menos conocido, pero no menos importante. Los referentes de lo segundo, podemos mencionar a Enrique Dussel, Cerutti, Scannone y Roig, Dina Picotti entre otros y otras.

Así que, a continuación, haremos la exposición de estos dos sentidos de la filosofía de la liberación. Antes quiero decir lo siguiente: la referencia fundamental de la filosofía de la liberación es la realidad misma. Es decir, la primera referencia de la filosofía de la liberación son las contradicciones de la sociedad. No son los libros o autores únicamente. Ahora bien, por estar planteándonos esto en una comunidad universitaria no podemos desprendernos de los libros y los autores, sino que estamos en diálogo con ellos para interpelar la realidad. En ese sentido, la filosofía de la liberación encara la realidad de forma inmanente, independientemente del sector, o en su sentido más amplio como movimiento comparten esta preocupación.

Empecemos siguiendo ese orden. Como había señalado, quisiera plantearle algunos supuestos sobre Soler, fue un filósofo panameño que estudió en París, en la Sorbona y escribió un libro que fue el resultado de su tesis que se tituló El positivismo argentino, el sustentó en el 1958 y, el 1959 ya estaba el libro impreso en Panamá, de esa edición hubo algunas reseñas en Estados Unidos, Argentina y España. Pero diez años después, se publicó en la editorial Paidós, ampliamente reconocida internacionalmente y en una muy ponderada colección: Biblioteca América Latina, dirigida por Roberto Cortes Conde, Tulio Halperin Donghi y Nicolas Sanchez-Abornoz. Soler estuvo conectado a las grandes editores y personalidades de su tiempo.

En la obra en cuestión, hay un conjunto de supuestos sumamente interesante para eso que hemos denominada filosofía de la liberación en un sentido amplio. Soler nos llegó a decir que el positivismo de nuestra América es autónomo e independiente del francés. Es decir, no es un calco y copia. Y, que, por ejemplo, José Ingenieros es uno de los más importantes en esa línea. Estudiar el positivismo en nuestra región nos puede dar muchas luces de lo que es filosofar desde nuestras realidades de forma autónoma en diálogo con lo foráneo. Ya que, si el positivismo nos invitaba a pensar desde la experiencia, la nuestra era por lo menos distinta de la europea, si reproducíamos esa forma de pensar así tan cual, sería eurocentrismo, y eso no responde a nuestras particulares complejidades. Es decir, teníamos que vérnosla con nuestra propia realidad y no con los textos y pensadores del viejo continente que habían pensado desde sus contextos. Ahora nos tocaba a nosotros hacer lo mismo por nuestra cuenta, sin la tutela eurocéntrica.

Ahora bien, esto Soler no se lo había sacado del sombrero como un mago. Ya había todo un trabajo en el campo de la historia de las ideas con el impulso de un europeo. Para que no haya un malentendido no somos antieuropeos, reconocemos su aporte a la filosofía, contrario al eurocentrismo, ideología que no reconoce lo distinto y se erige como superior ante las demás filosofías. En todo caso, estamos contra el eurocentrismo que es algo distinto. Pero ese es otro tema. Me refiero a José Gaos y su labor en el Colegio de México, a Leopoldo Zea, Luis Villoro, María del Carmen Rovira entre otros y otras. En fin, la llegada de Gaos en 1938 a México, reconocido ampliamente por sus traducciones, y al Colegio particularmente, propulsó la historia de las ideas en ese medio. Según Villoro, el toque de profesionalismo lo dio Gaos. Queremos enfatizar que el filósofo español que había sido expulsado por los franquistas formó a los futuros filósofos latinoamericanos involucrándolos en sus propios problemas. Así, convenció a Zea que iba a estudiar a los griegos, que mejor estudiara al positivismo mexicano. La historia de las ideas tomó esa dirección con Gaos, de tomarse en serio las ideas del contexto histórico y cultura de nuestra Abya Yala. Así, va desarrollando toda una tradición de la que Soler es parte. Cuando él en la década de los cincuenta empieza a trabajar la historia de las ideas en Panamá y Argentina, ya había un trabajo con Zea y todo el seminario de Gaos.

Soler se tomará muy en serio la historia de las ideas. Su obra temprana, en efecto, será sobre esa temática. Es decir, poner sobre la mesa el trabajo ya hecho pero que no reconocemos o que no le damos el resalte que se merece por estar impregnados ideológicamente por el eurocentrismo. Virus del que está contagiado gran parte de los departamentos de Filosofía de nuestra Abya Yala. Soler hará un trabajo sorprendente en esa dirección, de poner sobre la mesa algunas ideas, supuestos, trabajos que se mantenían ocultos bajo la maleza eurocéntrica. En 1968 publicó un texto que hasta entonces pasaba desapercibido y que a simple vista no parece tan importante. Resulta que es un libro de un tal Justo Arosemena titulado Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas. Resulta que este panameño (en el contexto histórico de que Panamá formaba parte de Colombia) había dicho algo muy parecido incluso llega a hablar de «factibilidad» de lo que decía Auguste Comte en el Discurso sobre el espíritu positivo de 1804; el pequeño detalle es que Arosemena lo dijo cuatro años antes y es un francés el considerado el padre del positivismo y no un panameño. La cuestión es que si queremos hacer una fundamentación de las ciencias sociales tenemos que vérnosla con un panameño que se llamó Justo Arosemena. Eso Soler lo pone sobre la mesa, porque se tomó muy en serio la historia de las ideas, desarrollar las propias ideas contextualmente.

Soler también tomó partido sobre la discusión de la filosofía en sentido estricto, es decir, sobre el grupo argentino. Si bien podemos considerarlo como un filósofo parte del movimiento, es crítico de la filosofía de la liberación argentina. Ambos sectores de la filosofía de la liberación argentina publicaron en la revista Tareas, fundada por Soler en 1960. Pero Soler criticaba según cierta desviación de esta, ante los problemas concretos de nuestra Abya Yala. Así, decía en La nación hispanoamericana. Estudios histórico-críticos sobre la idea nacional-hispanoamericana, decía que, “a partir de una inspiración genérica en la Filosofía de la liberación, intenta sustituir la metodología marxista en el enfoque teórico de la cuestión nacional-hispanoamericana” (Soler 1978, 9). Soler en esta obra no abandona el análisis de clases que, en la filosofía de la liberación argentina, en el sector populista, no tuvo buena acogida al principio, en el caso de Dussel será hasta la década de los ochenta, cuando empieza a estudiar sensatamente a Karl Marx. A pesar de los niveles de atraso del desarrollo del capitalismo en Panamá, no le permitieron a Soler desarrollar un análisis de clase propiamente, sí le permitió ver cómo esas otras propuestas se amilanaban por otros enfoques.

Ahora bien, habiendo dicho todo esto, no queremos restar un ápice de importancia a la filosofía de la liberación argentina y su centralidad en el desarrollo del pensamiento filosófico latinoamericano.  En un texto sobre el origen de la filosofía de la liberación, Dussel planteó la fecha de 1969 y Juan Carlos Scannone otro gran referente (Dussel se refería a él como el viejo como sinónimo de maestro) planteó 1971, como el inicio de las cogitaciones liberacionistas argentinas. Así, la filosofía de la liberación en sentido estricto, la argentina, surgió en ese contexto histórico de 1969-1971. La filosofía de la liberación argentina logró mayor visibilidad en el conjunto del movimiento de un pensamiento filosófico latinoamericano por la liberación; además, desde sus inicios se autodenominaron filósofos de la liberación. Por lo tanto, cuando uno habla de filosofía de la liberación está pensando en los pensadores argentinos. Esta visión es correcta pero no contempla el movimiento más amplio, en el cual habría que incluir a pensadores como Bondy en Perú o Soler en Panamá. Pensar la filosofía de la liberación como movimiento en sentido amplio, nos permite tener una visión integral de su desarrollo.

Hay varios elementos confluyendo en el desarrollo de la filosofía de la liberación como movimiento. En ese contexto histórico. Van surgiendo teorías o marcos teóricos importantes desde donde podemos pensar nuestras realidades, como la teoría de la dependencia, la teología de la liberación y la sociología de la liberación incluso estaba en boga el boom latinoamericano en la literatura, de tal, hay un ambiente ferviente, crítico que buscaban un sendero propio. La teoría son los lentes con lo que contemplamos la realidad, ¿qué hacemos con esa interpretación?, los marxistas dirían que tenemos que transformarla. Ajustando cuentas con el desarrollo de la filosofía de la liberación en su sentido amplio, pese a las diferencias internas, nunca se ha renuncia a la transformación de la sociedad y hacia un nuevo orden mundial, más humano y sostenible.

Sobre el pensamiento filosófico latinoamericano propiamente, no podemos dejar de mencionar dos libros muy importantes sin los cuales no podríamos hablar de una filosofía de la liberación en sentido estricto. Me refiero al del peruano Augusto Salazar Bondy (1968), quien era pensador de la praxis, intervendría en la política de su país. El libro se titulaba ¿Existe una filosofía de nuestra América? Esa pregunta nos mantuvo en vilo por mucho tiempo y cuidado todavía, es decir, es una pregunta para trabajarla constantemente, la respuesta no está dada o por lo menos no nos llega de forma gratuita. Ese es el punto. Muchas veces se malinterpreta, como si Bondy pone en duda el pensamiento filosófico hispanoamericano. Ese no es el argumento central del texto. Desde la primera línea de su libro habla de la existencia de cuatro siglos de ese pensamiento, así que, esa pregunta es más bien una pregunta retórica para provocar el debate y el diálogo.

Nos dice Bondy que, quizá sea Juan Bautista Alberdi el primer pensador que se ocupa explícitamente de una filosofía nuestra. Estamos hablando de 1842:

Cada país, cada época, cada filósofo ha tenido su filosofía peculiar, que ha cumplido más o menos, que ha durad o más o menos, porque cada país, cada época y cada escuela han dado soluciones distintas de los problemas del espíritu humano. (Alberti 1842)

La preocupación de Bondy estaba más enfocada a la dificultad de las condiciones de posibilidad de una filosofía propia, por nuestro subdesarrollo, dependencia y cultura de dominación, él lo plantea en los siguientes términos:

El problema de nuestra filosofía es la inautenticidad. La inautenticidad se enraíza en nuestra condición histórica de países subdesarrollados y dominados. La superación de la filosofía está, así, íntimamente ligada a la superación del subdesarrollo y la dominación, de tal manera que si puede haber una filosofía auténtica ella ha de ser fruto de este cambio histórico trascendental. (Bondy 1968, 89)

En ese sentido, habría que decir que el problema de la filosofía de nuestra América o latinoamericana es un problema político. Esa inquietud legítima de Bondy también nos lleva a reflexionar políticamente, sobre el objetivo de encontrar nuestra legitimidad también tenemos que estar acompañados de una lucha política contra el subdesarrollo y la dominación dañina para nuestra integridad. El problema de la inautenticidad en todo caso es político. No somos auténtico en la medida que no nos dejan ser. Esta es nuestra interpretación de Bondy y esto también está a tono con lo planteado por Beorlegui en su voluminosa obra Historia del pensamiento filosófico latinoamericano en que tiene como subtítulo Una búsqueda incesante de autenticidad. Tanto la pregunta de Bondy y la suposición de Beorlegui son detonantes para seguir indagando sobre la pertinencia de este pensamiento.

Leopoldo Zea, ese mismo año del 69 en el libro La filosofía americana como filosofía sin más[4] responderá a la cuestión central de Bondy. La trayectoria de Zea desde la década de los cuarenta con Gaos no es poca. Será la gran autoridad de la Filosofía latinoamericana, no sé si estén de acuerdo conmigo. Entonces él se plantea respuestas a la pregunta de Bondy. Es bastante sartreano en el de reapropiarse de la cuestión sobre el Verbo que los indígenas no tenían, pero lo tomaron prestado. Eso está en Los condenados de la tierra de Franz Fanón, en el prólogo que escribió Jean Paul Sartre. Contrario a lo que plantea Bondy, Zea cree que nuestra filosofía sí es autentica pese a la dominación. Responde categorialmente diciendo sobre la pregunta planteada por Bondy que no solo ha sido posible, sino que lo es esta filosofía latinoamericana. Es decir, sí es posible una filosofía de nuestra América, aunque preferimos usar la terminología pensamiento filosófico latinoamericano. Termina Zea diciendo que esta filosofía se perfila como aquella más preocupada por las acciones que por la teoría.

No puede haber una filosofía de la liberación sin este antecedente inmediato. Como ya hemos dicho, su gestación se dio entre los años 1969-71. Esta se cristaliza en Argentina, pero si la estudiamos como un movimiento entonces en cada uno de nuestros países no dudamos que haya pensadores de la liberación que, en su sentido más genérico posible, formaron parte de este movimiento. Scannone le sigue la secuencia a los eventos que dieron como resultado esta filosofía de la liberación en sentido estricto. Y, ubica a un grupo plural de filósofos argentinos como sus principales propulsores. Este movimiento no fue ni es homogéneo, ni siquiera en sus inicios y después hubo muchas discrepancias, a pesar de todo eso, si hubo un espíritu de cuerpo. Cierta unidad en la diversidad. El tema neurálgico era la liberación. Hicieron varios manifiestos y firmaron varias declaraciones, si bien cada uno hacía su trabajo por su cuenta, pero coincidían en esa base común.

Para Scannone, figura central para el actual Papa Francisco, la filosofía de la liberación en sentido estricto es un producto argentino, surgió en las sierras de Córdoba con Dussel, este último reconocerá la importancia de Scannonne, por ejemplo, le enseñará la lectura de Emmanuel Levinas. Y, es en estos encuentros que finalmente se cristalizó aún más en el Segundo Congreso de Filosofía de Córdoba[5]. En el Congreso mencionado organizaron un simposio que llevaba como título: «América como problema». De allí, luego habrá una gran producción teórica bajo esa denominación de Filosofía de la liberación. esta veta de la filosofía de la liberación argentina tiene que entenderse en el marco más amplio del movimiento de filosofía de la liberación.

Ya en la década de los ochenta, aparecerá quizá uno de los libros más importante de filosofía de la liberación argentina, y me refiero al de Horacio Cerutti, Filosofía de la liberación latinoamericana, quien había formado parte de esta propuesta. Contendrá lo que podríamos denominar la crítica al sector populista, particularmente a Scannone y Dussel. Considerados por este como teólogos populistas. Otras aclaraciones de Cerutti van en la dirección de pensar en la posibilidad de varias filosofías de la liberación en toda la periferia, en otras latitudes donde se viva bajo las condiciones de dominación similares y se comparta el afán de liberarse. Cerruti somete a crítica el populismo de Dussel, hace la misma observación de Soler de ver con cuidado esa propuesta de la filosofía de la liberación argentina, que suplantaba el materialismo dialéctico. El punto es que Cerruti planteó eso y al final Dussel se puso a leer a Marx y escribió varios tomos al respecto. A lo interno de la filosofía de la liberación hubo bastante debate y ayudo a crecer a esta propuesta.

Otro aspecto importante con el diálogo con Cerutti, es la agudeza de su crítica. Para que una propuesta filosófica avance, es importa la crítica: la crítica de la crítica. Ahora bien, no es que Cerutti solo sea un crítico de Dussel. Él también tiene una propuesta de filosofía para la liberación. Además, hizo el aporte quizá más importante hasta el momento, de una evaluación crítica de la filosofía de la liberación argentina. Leyéndolo con detenimiento, también cambió un poco la denominación y prefiere hablar más bien de un filosofar para la liberación y no necesariamente de una filosofía de la liberación. Cerutti también es una institución en la filosofía de la liberación y la historia de las ideas, con sus seminarios, sus clases, y publicaciones.

 

Actualidad

Para entrar en la actualidad, quiero poner sobre la mesa algunos aspectos generales de las nuevas generaciones. Esto nos retrotrae a un debate de si la filosofía de la liberación es una escuela o un movimiento. Nuestra propuesta es que una cosa, no niega la otra. Tanto la filosofía de la liberación como movimiento, como el magisterio de algunos representantes de la filosofía de la liberación argentina ha dejado su huella en nuevas generaciones. Así, vemos cómo Roig influyó en Adriana Arpini; Cerutti en feministas como Urania Ungo o Francesca Gargallo[6], entre muchas otras más pensadoras y pensadores. Muchas personas han estudiado sus doctorados con estos maestros y ellos han aportado como el caso de Roig al influjo de estudios de postgrado en filosofía latinoamericana en Mendoza, Argentina. Definitivamente hicieron y siguen haciendo su trabajo al más alto nivel.

Para analizar la actualidad quiero referirme a la escuela de pensamiento a partir del magisterio de Dussel, teniendo como un marco más amplio, el movimiento en general. En mi caso en particular, somos deudores tanto del movimiento y de la filosofía de la liberación argentina en particular. Es notable una nueva generación plural y divergente de pensadores que se aglutinan en la Asociación de Filosofía y Liberación (AFyL) fundada en 1982, su figura más representativa es sin duda Dussel. En esta etapa de la evolución de la filosofía de la liberación, vemos en el mismo Dussel una apertura de que la obra futura de este filosofar, ha de ser una obra colectiva. Su reciente obra: La política de la liberación. La crítica creativa editada por Trotta es una obra colectiva, con sus discípulos y colaboradores más cercanos.

La filosofía de la liberación desemboca en una política de la liberación. Ya en la década de los setenta Soler hablaba de «una filosofía política de la liberación» (Soler 1978, 9), para ver las analogías en el movimiento tan amplio como coincidentes entre sí en los puntos claves. Esta filosofía, tanto como movimiento como escuela es política. Tiene un compromiso inherentemente político. En el tercer momento de la política de la liberación se trasciende a la crítica creativa para diseñar algo distinto al orden vigente de la modernidad capitalista. Una empresa de esta envergadura sobrepasa la condición de posibilidad subjetiva de una persona. Para lo cual se requiere de una colectividad heterogénea, plural y divergente entre sí, preocupada por las tareas nuevas e inacabadas por la filosofía de la liberación.

Estamos en un escenario en el cual una guerra mundial no se descarta y una pandemia no termina del todo. Ante esta realidad, nunca se había hecho tan visible la pertinencia de los postulados y principios de la filosofía de la liberación en particular el que propusiera Dussel en la Ética de la liberación, nos referimos a la reproducción de la vida. Con la pandemia vimos con claridad esta importancia. De que todos los esfuerzos políticos y epidemiológicos debían tener este principio. Si partimos de los intereses del capitalismo no habría este principio, ya que los capitalistas quieren mantener las tasas de ganancia. En reiteradas ocasiones los empresarios capitalistas lo decían explícitamente cuando decían que había que reactivar la economía. Siguiendo al maestro Dussel, su obra y las discusiones en el seno de los seminarios de AFyL[7], hemos propuesto hacer incluso más explícito ese principio, y hablar de reproducir y afirmar la vida en metabólica relación con la naturaleza y las demás especies para ir en una dirección distinta a un antropocentrismo moderno, el cual se pueda desprender de una lectura ingenia de enfocarse solo en la vida de los humanos sin tomar en cuenta el metabolismo de las demás especies. Esto evidencia la vibrante actualidad de la filosofía de la liberación.

 

Conclusión

Analizar a la filosofía de la liberación como un movimiento nos permite una visión integral del desarrollo del pensamiento filosófico latinoamericano y su vibrante actualidad. La propuesta de filosofía de la liberación, no se trata de algo regional únicamente, en la actualidad tiene un impacto mundial, incluso podemos hablar de tradición y escuela. Con respecto al movimiento, resaltamos la figura del filósofo panameño porque es la menos conocida, pero no menos importante. Por eso, pensar en los términos de movimiento, nos permite incorporar esas otras miradas al margen, muy urgentes en estos tiempos en donde la liberación sigue siendo un proyecto inacabado.

Por último, pensadores como Dussel y Boaventura de Sousa Santos nos hablan de que el virus nos quiere decir y enseñar algo, pero depende de nuestra apertura aprender la lección. Los científicos hablan de zoonosis, pero hay que preguntarse, y de eso se encarga la filosofía: de hacerse las preguntas fundamentales, ¿qué produce la zoonosis?, no es la especie humana naturalmente, es un modo de producción capitalista cuya dinámica agota todas las fuentes de vida en el planeta hasta no hacer posible la reproducción de la vida de la especie humana en el planeta. La filosofía de la liberación es una filosofía de contextos que está en diálogo con su primer referente: la realidad. La cual no es tan prometedora ni benevolente, tenemos que transformar hacia un mundo de la vida, de su reproducción y afirmación, allí la Filosofía de la liberación, en sus diversas acepciones, puede aportar.

 

 

Referencias

Alberti, Juan Bautista. 1842. Ideas para presidir a la confección del curso de filosofía contemporánea. https://www.ensayistas.org/antologia/XIXA/alberdi/ (último acceso: 24 de agosto de 2022).

Beorlegui, Carlos. 2010. Historia del pensamiento filosófico latinoamericano. Una búsqueda incesante de la identidad. Bilbao: Universidad de Deusto.

Bondy, Augusto Salazar. 1968. ¿Existe una filosofía de nuestra América? México: Siglo XXI.

Cerutti Guldberg, Horacio. 2011. Doscientos años de pensamiento filosófico Nuestroamericano. Bogotá: desde abajo.

Cerutti Guldberg, Horacio. 2006. Filosofía de la liberación latinoamericana. 3. México: Fondo de Cultura Económica.

Dussel, Enrique, Eduardo Mendieta y Carmen Bohórquez. 2011. El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y "latino" 1300-2000. México: Siglo XXI.

Guadarrama, Pablo. 2012. Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo, historia y método. Bogotá: Universidad Católica de Colombia; Editorial Planeta.

Montiel, Miguel y Abdiel Rodríguez Reyes. 2019. El pensamiento crítico de Ricaurte Soler . Panamá: Facultad de Humanidades; IFAC; Embajada de Francia en Panamá; CIFHU; Departamento de Filosofía.

Pachón Soto, Damián. 2015. Estudios sobre el pensamiento filosófico latinoamericano. Bogotá: Ediciones desde abajo.

Quijano, Aníbal. 2014. Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder. Editado por Danilo Assis Clímaco. Buenos Aires: CLACSO.

Rojas Huaynates, Joel. 2021. «Augusto Salazar Bonby, Filósofo de la liberación peruana». Filosofía de la liberación 1: 67-79.

Scannone, Juan Carlos. 2013. «La filosofía de la liberación en la Argentina». Tábano: 11-25.

Soler, Ricaurte. 1968. El positivismo argentino. Buenos Aires: Paidós.

Soler, Ricaurte. 1978. La nación hispanoamericana. Panamá: INAC.

 

 

 

Notas

[1] Nuestra Abya Yala es una reapropiación del nuestra América de José Martí, traduciendo América por Abya Yala en dulegaya.   

[2] Para una aproximación al pensamiento de Soler, véase (Montiel y Rodríguez Reyes 2019).

[3] Profesor en la Universidad Nacional Mayor San Marcos, Perú.

[4] Dedicado a la memoria de José Gaos.

[5] He revisado el programa y parte del material del primero y fueron los grandes pensadores de Europa a este encuentro.

[6] Quien falleció relativamente joven.

[7] Coordinados por Gabriel Herrera de la AFyL, México.

 

 

 

Biodata

Abdiel Rodríguez Reyes: Doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco. Profesor investigador del Departamento de Filosofía de la Universidad de Panamá. Es editor jefe de la revista Societas, ISSN 2644-3791. Entre sus actividades recientes, publicó el libro Pensamiento Crítico: Ensayos sobre Filosofía de la Liberación y Decolonialidad en la editorial Heraldos Editores.

Societas: https://revistas.up.ac.pa/index.php/societas/index

Pensamiento Crítico: https://www.heraldoseditores.com/producto/decolonialidad-abdiel-rodriguez/?fbclid=IwAR2vRG7FowrhzAJ15-YnVnKAEudf0_MDWOiqnjRbPscVPCWW1CCBHm-ByQc

 

 

 

Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, editada en la ciudad de Concepción, Chile. Ediciones nuestrAmérica. Correo contacto@revistanuestramerica.cl