Rev. nuestramérica, 2022, n.o 20, edición continua, e6907459

Artículo depositado en Zenodo. DOI https://doi.org/10.5281/zenodo.6907459

Publicado en HTML, PDF y XML http://nuestramerica.cl/ojs/index.php/nuestramerica/article/view/e6907459 


Taras como sátiras en la interpretación de la decolonialidad

Taras como sátiras na interpretação da decolonialidade

Taras as satires in the interpretation of decoloniality

 

Milagros Elena Rodríguez

Doctora en Patrimonio Cultural. Doctora en Innovaciones Educativas

Postdoctorada en las nuevas tendencias y corrientes integradoras de pensamiento y sus concreciones. Postdoctorada en Educación Matemática, Pensamiento y Religaje en la Transmodernidad. Postdoctora en Ciencias de la Educación

Universidad de Oriente

Cumaná, Venezuela

melenamate@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0002-0311-1705

 


Resumen: En la presente indagación rizomática transmetódica, con el transparadigma complejo se analizan taras como sátiras en la interpretación de la decolonialidad con el transmétodo rizomático la deconstrucción, donde la primera persona de la autora y su liberación en la construcción es esencial. Se develan sentires soslayados en la colonialidad. En la reconstrucción como continuación en la línea de investigación: transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas, en el ardor de la decolonialidad planetaria se develan en des-ligajes y constante re-ligajes hechos que incitan a que  debemos pasar por el tamiz de la supervisión y afinas las garras de la liberación, tener cuidado de que no toda oposición a la colonialidad en apariencia, es decolonial. Nos desligamos de nuestras propias taras heredadas de la larga subyugación modernista-postmodernista-colonial. Se debe lograr el compromiso de la salvaguarda de lo nuestro, ir a los más íntimos imaginarios sociales subyugados en el que somos inferiores a los eurocéntricos, de esas minimizaciones estamos llenos aún en plena era denominada re-civilizatoria.

Palabras claves: taras; sátiras; decolonialidad; planetaria; deconstrucción.

 

Resumo: Na presente investigação rizomática transmetódica, com o transparadigma complexo, o joio é analisado como sátira na interpretação da decolonialidade com o transmétodo rizomático, a desconstrução, onde a primeira pessoa da autora e sua libertação na construção é essencial. Revelam-se sentimentos esquecidos na colonialidade. Na reconstrução como continuação da linha de pesquisa: transepistemologias do saber-saber e transmetodologias transcomplexas, no ardor da decolonialidade planetária, revelam-se desvinculações e religações constantes, fatos que nos incitam a passar pelo crivo da supervisão e afiar as garras da libertação, tome cuidado para que nem toda oposição à colonialidade seja aparentemente decolonial. Desapegamo-nos dos nossos próprios defeitos herdados da longa subjugação modernista-pós-modernista-colonial. Devemos alcançar o compromisso de salvaguardar o que é nosso, ir aos mais íntimos imaginários sociais subjugados em que somos inferiores aos eurocêntricos, estamos cheios dessas minimizações mesmo em plena era chamada recivilização.

Palavras-chave: joio; sátiras; decolonialidade; planetário; de construção.

 

Abstract: In the present transmethodical rhizomatic inquiry, with the complex transparadigm, tares are analyzed as satires in the interpretation of decoloniality with the rhizomatic transmethod, deconstruction, where the first person of the author and her liberation in the construction is essential. Sentiments overlooked in coloniality are revealed. In the reconstruction as a continuation in the line of research: transepistemologies of knowledge-knowledge and transcomplex transmethodologies, in the ardor of planetary decoloniality, de-linkages and constant re-linkages are revealed, facts that incite us to go through the sieve of supervision and sharpen the claws of liberation, be careful that not all opposition to coloniality in appearance is decolonial. We detach ourselves from our own defects inherited from the long modernist-postmodernist-colonial subjugation. We must achieve the commitment to safeguard what is ours, go to the most intimate subjugated social imaginaries in which we are inferior to the Eurocentric, we are full of these minimizations even in the middle of the era called re-civilization.

Key words: tares; satires; decoloniality; planetary; deconstruction.

 

 


Fecha de recepción: 12 de abril de 2022

Fecha de modificación: 17 de julio de 2022

Fecha de aceptación: 18 de julio de 2022

Fecha de publicación: 26 de julio de 2022


 

 

Rizoma sinfonía: provocación, interrogantes y justificación y transmetodología

Todo proceso histórico de liberación tiene sus taras a que confrontarse, en el caso de la colonización en el Sur nuestros libertadores en el proceso de lucha de la descolonización confrontaron infiltrados y traidores con intereses en que el éxito de la liberación cada día estuviera más lejos. Al final se da la liberación, Simón Bolívar liberto cinco (5) naciones en especial recordatorio, y en apariencia la lucha culmina allí; pero sabemos que la colonialidad queda instaurada en las mentes, hacer, ser, poder entre tantos hasta nuestros días.

Pasamos de la colonización a la colonialidad como parte del mismo proyecto de dominación, con antecedentes en la historia familiar y de la civilización, de esa manera decolonizarse, pensamiento decolonial en acción, no es sencillo, sobre todo cuando los medios de dominación se modifican para refinarse y seguir con el dominio desde diferentes regiones como el Norte y de la globalidad. Uno de los grandes colaboradores de la soslayación son los males de la psique en la educación que como urgencia deben re-ligar el pensamiento y accionar (Rodríguez y Fortunato 2021) hablan de algunas taras de las cuales es perentorio el des-ligarse.

Queremos definir lo que hacemos alusivo a las taras en la presente investigación; taras del hebreo Târaj significa sitio, lugar donde los israelitas acamparon en el desierto (Nm. 33: 27-28)[1]; muchos cristianos arrastran con taras a lo largo de su vida cristiana como defectos o vayas; no es fácil adquirir madurez espiritual es reconocer que nadie es perfecto, y comprometerse a amar a la gente a pesar de ello. El apóstol Pablo nos alerta: “sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros” (Colosenses 3:13). Las taras mentales es un defecto psíquico muy común que se repite y pareciera heredarse.

¿En qué sentido entendemos taras como sátiras? Las comprendemos a medida que con las taras mentales, sus muchas interpretaciones y accionares aparentemente decoloniales que se quedan en la colonialidad con artefactos mentales que dicen muy poco de liberación en todo sentido. Usamos el vocablo sátira no como una burla; sino como ironía y dolor en el discurso, por ejemplo: ¿Qué ironía que luego de la muerte de tantos héroes libertadores sigamos soslayados?, ¿Qué dolor que aún pese a los grandes avances en materia de liberación en el Sur, y otros continentes nuestros propios hermanos usen la decolonialidad como excusa para instaurar gobiernos coloniales aberrantes de la historia? En general, la ironía como herramienta en la deconstrucción de la ideología colonial, de-construir los pensamientos supremacistas que cimentan los discursos de la colonialidad (Prääts 2020).

En lo que sigue explicitamos el transparadigma de investigación y ahondamos en el transmétodo.

 

Rizoma transmetodología: Transparadigma, ¿qué son los transmétodo? La deconstrucción rizomática como transmétodo de la indagación

Queremos hacer ver que las taras son ironías en tanto buscar la liberación se siguen en la soslayación. En esta investigación se analizan taras como sátiras en la interpretación de la decolonialidad. Estamos investigando en las líneas de investigación transmétodicamente; más allá de los métodos de investigación; pues ¿qué taras podemos discernir bajo los mismos métodos que causaron y colaboraron con los males de la psique; con los errores que se propagan en el ejercicio decolonial? Por ello, más allá de los paradigmas, transparadigmáticamente, en la complejidad, trans de más allá herencia transmoderna vamos desmitificando los métodos; pero ¿Qué son los transmétodos? en una homenaje de la Revista Entretextos de la Universidad de la Guajira, en el presente año 2022 el investigador Andrés Antonio Velásquez le pregunta a la creadora de transmétodos decoloniales planetarios, complejos y transdisciplinarios, Milagros Elena Rodríguez: ¿Qué son los transmétodos decoloniales complejos? Y ella le responde “son caminos para ir del pensamiento disyuntivo y reductor al pensamiento complejo en las investigaciones decoloniales, complejas y transdisciplinares. Es una alternativa para complejizar métodos enraizados en la tarea de construir el conocimiento y que precisan corregir señalamientos sobre sus alcances y sus posibilidades” (Velásquez 2022, 18).

Justamente, son las alternativas decoloniales planetarios de obligada consulta los transmétodos, pues debemos hacer transmetodologías decoloniales, decolonizar las investigaciones, así con la herencia de los transmétodos y su creadora tenemos varias lecciones: la primera lección es la transmetodología, que consiste en pensar más allá de los métodos tradicionales de investigación y escritura académica, e ir a la complejidad como concepción en toda indagación; la segunda lección es precisamente la de los rizomas como forma de producir conocimiento decolonial planetario, superando el tradicionalismo académico, en entramados que se rupturan para ser inclusivo en todo lugar y tiempo (Fortunato 2022). Todo ello, para “ir fuera de las ataduras de los métodos e investigar con plena libertad en unión con otras culturas, en un dialogo liberador y de aceptación con todos los saberes anclados en los diferentes espacios geográficos” (Mirabal 2022, 73).

Ahora en la presente investigación cumpliremos el objetivo complejo desde el transmétodo rizomático la deconstrucción (Rodríguez 2019a). ¿Será que la lucha es fácil en la decolonialidad, se podrá sectorizar a sentidos de luchas particulares?

La práctica política decolonial (…) sostiene que para lograr un diálogo realmente horizontal hay que luchar por una transformación global y por la deconstrucción de las estructuras coloniales de poder, solo así la reformación de los saberes, y la nueva pedagogía critica tendrán verdaderos efectos en la sociedad, así la teoría de la decolonialidad, se ejerce como un instrumento a la par de la globalización (Lara 2015, 9).

Desde luego, la decolonialidad está más ligada a la historia colonial de América a partir del siglo XV (Mignolo 2017, 2) ¿Por qué la deconstrucción rizomática? ¿Qué significa en la investigación? Se trata de decolonizar la propia decolonización, de inmiscuirnos con lentes finos de alto nivel de aumento para develar los artefactos dominantes incrustados en los proyectos y accionares aparentemente decoloniales, o con escusas decoloniales; con ello no estamos diciendo que preferimos la colonialidad y la soslayación; no. Se trata de des-ligar y re-ligar la transmodernidad (Rodríguez 2019b) como proyecto decolonial para finar sus garras y pasar por el tamiz de la revisión profunda.

Reconociendo los propios errores y avatares podamos develar los instrumentos de autoritarismo que oprimen y al fin son sátiras, aquí si burlas a la historia gigante y las luchas honrosas de todos los pueblos por la liberación en todo sentido, así como la onto - epistemológica. La deconstrucción como transmétodo de análisis y como modo crítico y particular de pensar es libre al máximo, anti-dogmática, “no tiene ninguna transmetodología fija, su objetivo es debilitar el pensamiento filosófico occidental soslayador, destruir las concepciones colonizantes en todas sus formas y significados, así aparecer con la ironía como la capacidad de dudar en la indagación” (Rodríguez 2019a, 53).

La deconstrucción rizomática a un acto creativo respaldado en la decisión, “donde también se reconstruye. Una reconstrucción esperanzadora que intercede en el discurso, lo derriba para levantar algo nuevo desde la perspectiva de totalidad, de completitud, de complejidad de su estructura y sus infinitas posibilidades de asociación” (Rodríguez 2019a, 54). Vamos a ir sacando las taras, evidenciándolas, deconstruyéndolas para luego ir a una reconstrucción esperanzadora.

Propugnamos con la autora re-ligar ecosóficamente como urgencia transepistémica en la re-civilización de la humanidad (Rodríguez 2020a). Sí, la re-civilización a la que Edgar Morín clama en la que el mismo denomina edad de piedra en la crueldad inhumana del momento del planeta-tierra.

La denominación de rizoma por el entramado que no se desune en la indagación, en la que las raíces, hojas y tallos se entremezclan complejamente y denotan un constructo fuera de los estatutarios modernistas-postmodernistas-coloniales de estructuras tradicionales de investigar, y es importante ejemplificar como el sujeto investigador se libera con su sentipensar en la indagación aportando en primera persona, tal como la autora lo realiza acá.

La investigación tiene una insinuación circundante que describe; atiende a Deleuze y Guattari (1980) en que un rizoma se conecta con otro, es una anti-genealogía que rompe con las estructuras estáticas divisorias de presentar las investigaciones en las que las partes se dividen indisolublemente en un ir sin un venir. Acá la organización no responde a ningún modelo estructural o generativo.

Es así como, el rizoma no “empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, inter-ser, intermezzo (...) el árbol es filiación, pero el rizoma tiene como tejido (...) En esta conjunción hay fuerza suficiente para sacudir y desenraizar el verbo ser” (Deleuze y Guattari 1980, 20). La fuerza decolonial planetaria de la historia. Donde el sentipensar de la autorea y sus accionar en primera persona está en todo el discurso; fuera de las estatutarias maneras de investigar coloniales.

Seguimos la deconstrucción rizomática que ya hemos comenzados, lejos de la verdad y lo definitivo.

 

Rizoma crisis: la decolonialidad en sátiras discursivas

Explicitamos que investigamos en la decolonialidad planetaria donde la modernidad-postmodernidad-colonialidad tomando en cuenta que “modernidad y la colonialidad son inseparables, que la colonialidad constituye el “lado oscuro” de la modernidad” (Quijano 1992, 4). Persistimos en la decolonialidad como planetaria y es la primera tara que queremos analizar, en tanto nos mueve la decolonialidad planetaria en la tierra-patria, una liberación en todo sentido, para ello la educación e investigación es clave, estar atento a las diferencias y las alteraciones no convenientes que soslayan al momento de complejizar la palabra; con mi sentipensar y la sabiduría de Dios amado estoy en ese proceso de avance, en el que: ¡Yo sólo sé que no sé nada! en época de pandemia (Rodríguez 2020b), especialmente en esta etapa de globalidad tremendamente indecibles que nos llevan a otros movimientos de colonialidad y dominio a nivel global.

Después de años declarada liberadora con intencionalidad decolonial planetaria desde la exterioridad, comenzando con lo ocultado y soslayado de las civilizaciones, queremos desmitificar el concepto localizado de decolonialidad negando su esencia inclusiva, vamos a promover su esencia por ello aunque seamos redundantes promovemos una decolonialidad planetaria; no creemos posible que sea inclusivo construir un Sur sin un Occidente y cometer así el error de estos en los que jamás debieron desmitificar y anular al Sur; desde luego dejamos claro que si debemos decolonizar desde nuestra exterioridad; es decir comenzar por nuestras víctimas en el Sur. Por ello, nuestras pertinencias e investigadores estudiosos de la decolonialidad vengan de cualquier parte del planeta nos aportan a los estudios de la liberación.

Por ejemplo, la luciérnaga de la humanidad: el centenario Edgar Morín que tanto le ha portado es un ejemplo de ello. Queremos recobrar sus propias palabras: entre estos males de la humanidad que forman parte de la formación e intencionalidad del sujeto moderno-postmoderno-colonial nos encontramos con la educación egocentrista que nos ha enseñado poco del amor, de cómo amar en el lugar del otro y con la tierra-patria (Rodríguez 2020a). Expresa Edgar Morín en la entrevista realizada por Nelson Vallejo-Gómez, “amad para vivir, vivid para amar; amad lo frágil y lo perecedero, pues lo más precioso, lo mejor, incluida la conciencia, incluida la belleza, incluida el alma, es frágil y perecedero” (Vallejo-Gómez 2017, 10).

Toda esa necesidad de vivir viviendo en el amor por la humanidad se “ha visto tronchado pues la colonialidad se ha extendido a la mente e infiltrado en la retórica usada por muchos grupos y sociedades anteriormente colonizadoras le da además un carácter de autoreafirmación” (Mignolo 2002, 85). Por ello, sin el ánimo de atacar personas, los colonizadoes de la historia si debemos desmitificare y develar los proyectos dominantes, es nuestro deber sean grupos en apariencia decoloniales camuflajeados; debemos ser capaces de incrustar nuestra letra, nuestro accionar a su develación.

Con la decolonialidad planetaria

El desprendimiento es urgente y requiere un vuelco epistémico descolonial (que está en marcha en distintas regiones del plane­ta) aportando los conocimientos adquiridos por otras epistemologías, otros principios de conocer y de entender, y por tanto, otras economías, otras políticas, otras éticas (…) La noción de desprendimiento guía el vuelco epistémico descolonial ha­cia una universalidad-otra, es decir, hacia la pluriversalidad como proyecto universal (Mignolo 2010, 14-17).

Pero pienso que no basta el vuelco epistémico, pues para que exista el desprendimiento debemos persistir con una educación suave, pero certera en develar nuestro potencial, al mismo tiempo que se descubre los mecanismos de soslayación; para esa tarea debemos contar con docentes, por ejemplo decoloniales, no de ganas nada más sino de conocimiento y accionar.

Es peligroso la palabra otra en las epistemológicas, en la decolonialidad, pues tiene significancia de minimización; se requieren develarse y construir conocimientos nuestros en el mismo nivel de importancia de los que ya conocíamos que devienen de la imposición occidental; ¿Por qué en el mismo nivel? Porque no debemos cometer el error de occidente de pretender borrar nuestra memoria histórica; el convivir de los saberes y al mismo tiempo saberes y conocimientos; saberes-conocimientos en el mismo nivel de importancia, donde la ciencia reconoce lo que se había ocultado y, estos, maneras sofisticadas de conocer; es urgente.

Cuando desmitificamos las únicas vías posibles de conocer debemos decolonizar las existentes a la luz de la sabiduría, pues para en nuestras universidades por ejemplo educar desde lo nuestro no tenemos que desmitificar el conocer tradicional; no, lo que debemos es develar sus estructuras de soslayación que lo hacen excluyente. No olvidemos que “la colonialidad opera desde afuera y desde adentro de Latinoamérica, es una matriz de poder que intenta subyugar, transformar, crear sujetos y maneras particulares de comprender y vivir, como si fueran naturales, las únicas posibles” (Valencia 2012, 5).

Siempre debemos alertar que la intencionalidad de Occidente con la modernidad -postmodernidad-colonialidad como proyecto de exclusión y aplastamiento en la historia es “querer implantar la lógica de la racionalidad instrumental avasallando los saberes no instrumentales o no racionales a través de la expansión colonizadora del mercado, mientras que la racionalidad del socialismo real la pretendió implantar a partir de la imposición de una ideología de Estado” (Andrade 2020, 151). Pero alerta con la ideología de Estado como la han aplicado; ni Occidente ni el llamado socialismo se dignan de ser decoloniales planetarios; aun cuando grandes estudiosos de esta apoyan tan aberrantes proyectos de soslayación usando de escusa la liberación.

Podemos asegurar que aun en esa ideología de Estado en la práctica

La instancia de la colonialidad sigue presente en las tensiones al interior de los senderos de las ciencias del lenguaje de nuestros países, ello revela que aún queda mucho por recorrer en los debates filosóficos, teóricos, epistemológicos y metodológicos que la región demanda para posicionar las visiones otras, las epistemes otras y los métodos otros cuya acuciosa y genuina búsqueda han emprendido estas sociedades hace tanto (Villegas Zerlin 2021, 72)

La política del ser humano, antropolítica “como estrategia emergente para enfrentar el desafío humano en la era planetaria” (Osorio 2011, p.51) está muy lejos del accionar planetario. El dolor nos interpela y nos desgarra y estremece en medio de la destrucción de la vida. En mi hermoso país, grande en su gente y recursos la antropolítica en Venezuela es un cuenco de mendigo, más aún en tiempos de pandemia 2020 (Rodríguez y Peleteiro 2020). Sin duda, el virus nos constriñe a renunciar el mito de que el hombre es dueño de su destino y de su naturaleza (Morín 2020). Nos hemos separado en tópoi, separaciones impuestas por Occidente en un pensamiento abismal que separa la natura de la creación de Dios.

La tara terrible de la colonialidad sigue viva como nuevo instrumento del amo del Norte disfrazados de liberadores venezolanos, montados en hombros de gigantes como los libertadores, y currículos en teorías excelentes de la mano de liberadores como Paulo Freire; la realidad es la ruina en todo sentido, lo que se vivencia; la ruina de su economía, de sus profesionales, de su educación, la destrucción de sus universidades (Rodríguez y Peleteiro 2020).

El aparente des-ligaje del capitalismo favoreciendo la ruina y falta de las condiciones mínimas para vivir, aún en profesionales de alto nivel; el favorecer al populismo bajo el paternalismo de unos pocos, el desmitificar la meritocracia a favor del obrero en puestos de necesaria formación; en general la ruina en todo sentido es una desfachatez que errante de liberadora es la más grande desgracia de un país como Venezuela. Sin duda, “uno de los desarrollos políticos más fatales de los últimos cien años ha sido la separación e incluso contradicción entre revolución y democracia como dos paradigmas de transformación social” (Santos y Aguiló 2019, 253).

Así, que narro en primera persona sin apoyar golpes de estados o acosos de países extranjeros y los bloqueos que se viven. Pero que el primer bloqueo es la soslayación de mano de los propios proyectos de hermanos utilitas de la decolonialidad, con una tara inhartable: el apoyo de investigadores decoloniales. Sin duda, los aberrantes errores se siguen cometiendo, por ejemplo, aquello que en la modernidad capitalista ha sido postergado y silenciado, la solidaridad: “la solidaridad como forma de conocimiento es el reconocimiento del otro como igual, siempre que la diferencia le acarree inferioridad; y como diferente, siempre que la igualdad le ponga en riesgo la identidad” (Santos 2009, 87).

Quisiera aclarar los errores que no son sólo conceptuales, sino prácticos de dominancia narrada basada en el ataque al capitalismo, definiéndose como decolonial asentada en legados como Karl Marx, por lo menos en la desiderata de la intencionalidad; pero sabemos que

El problema, para el marxismo, es el capitalismo; mientras que para la opción decolonial lo es la matriz (patrón en el vocabulario de Aníbal Quijano) colonial de poder, de la cual la economía es una esfera. El marxismo se afinca en la forma que adquiere la matriz colonial en el siglo XVIII (y se enfoca en el aspecto económico). La opción decolonial se afinca en la formación histórica de la matriz colonial de poder en el siglo XVI (y se enfoca en la gestión de la economía, de la autoridad, del género y la sexualidad; de la subjetividad y el conocimiento), y hace del control del conocimiento el instrumento fundamental de dominio y control de todas las otras esferas (Mignolo 2009, 8).

En el análisis bien valdría la pena pensar si ¿“la opción decolonial parece ser en gran medida una consecuencia de la desilusión por el fracaso de los experimentos anticoloniales y socialistas del siglo XX” (Petruccelli 2020, 59)? Y declarar que este experimento en nuestra amada patria denominada socialista no tiene asidero decolonial de ninguna manera. Ver las consecuencias en el país es más que suficiente. La migración en una búsqueda de auxilio de muchos ciudadanos; la educación en una crisis sin precedentes. Sin duda, la educación venezolana en tiempos de pandemia vivenciada en un: ¡yo sólo sé que no sé nada! (Rodríguez y Lemus 2020). “El éxodo del docente universitario significa el desafío mayor que tienen las universidades venezolanas actualmente, ya que esto indica la negación del desarrollo científico-tecnológico mundial ocasionando un deterioro al pueblo venezolano irrecuperable en el tiempo” (Linares y Linares 2019, 152).

Es de concebir que el apoyo no refiere a la oposición e partidos golpistas que pidieron intervención a nuestro amado país, los sabemos también coloniales alienantes al sistema mundial de la soslayación; desde luego sátiras aberrantes como imposturas de gobierno interino sin asidero constitucional en franca colonialidad, con otro artefacto de dominación: el clásico. Las vivencias que llevamos la crisis en que se encuentra Venezuela tiene su origen en gran parte, en cuanto a lo económico que permea las demás áreas, en el colapso debido al intervencionismo estatal, los cambios abruptos en las reglas políticas en el sector petrolero y una gestión macroeconómica imprudente; es de hacer notar que los últimos 20 años, el grado de presencia del Estado en la actividad económica aumentó sustancialmente, el sector petrolero vio diezmada su producción y rentabilidad debido la mala administración al que fue sometido (Abuelafia y Saboin 2020).

Por otro lado, en cuanto a la teología cristiana y la decolonialidad planetaria, las luchas con Cristo se advierten que no son religiones impuestas por la modernidad-posmodernidad-colonialidad como instrumento de poder y soslayación; se trata de una acción de sabiduría libre en el albedrío que Dios nos cedió; la necesidad de una “trans-teología más allá de la teología de la cristiandad latino-germánica, eurocéntrica y metropolitana, que ignoró el mundo colonial, y en especial a las cristiandades coloniales” (Dussel 2017, 300); desmitificado del ejercicio de la ciencia mal llamada europea que pretende conocerlo todo donde el ser humano se salva a sí mismo; tremendo error de imposición; la soberbia que lleva a cuesta grandes injusticias en todo sentido. Tocamos ejercicios de poder, nos sabemos en ese entramado con una responsabilidad de hacerlo, “la conciencia decolonial busca descolonizar, desagregar y des-generar el poder, el ser, y el saber” (Maldonado-Torres 2007, 56); en ello vamos con ejercicios de des-ligaje y re-ligaje.

Nos comprendemos en las nociones del tiempo actual que ya al nombrarlo es pasado y estamos en el futuro en el que la lucha continua y la transmodernidad no pasa luego de la modernidad-postmodernidad como tiempo pasado irrestricto. Utópicamente en el sentido ilusorio estricto ojala pudiéramos soñar con una liberación: transmodernidad en un mundo sin modernidad-postmodernidad como soslayación. Es la liberación por la cual Cristo ya murió en la cruz ya liberándonos de la opresión y el pecado de la humanidad; más la creación de una nueva tierra dará la liberación total. No olvidemos en nuestro profundo amor por la creación del Padre Dios amado: “Yo soy el SEÑOR, en justicia te he llamado; te sostendré por la mano y por ti velaré, y te pondré como pacto para el pueblo, como luz para las naciones, para que abras los ojos a los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en tinieblas” (Isaías 42:6-7).

Debemos estar alertar en los ejercicios de categorías complejas, que tienen especial asidero en la decolonialidad planetaria, pues las luchas legendarias por la liberación del ser humano, del conocimiento y su emancipación ontoepistemológica bien merecen des-ligarse, renovarse y tomar en cuenta que la posibilidad de inclusión amerita la decolonialidad planetaria como apodíctica de la transcomplejidad (Rodríguez 2021); esto es para asumir la complejidad y transdisciplinariedad como posibilidad de reconstrucción del conocimientos y nuevos epistemes la decolonialidad planetaria es de urgencia. ¿Cuál es la alerta que muchas veces la decolonialidad asume erróneamente?

Respondemos, en especial la transdisciplinariedad como el ejercicio de la complejidad provee salidas siempre y cuando decoloniales, colaborativas para desmitificar el conocimiento, en el Simposio Internacional sobre Transdisciplinariedad, organizado por la UNESCO en mayo de 1998, se constituyen los esfuerzos fundamentales para trasgredir los límites de las disciplinas; así la transdisciplinariedad es “no es una disciplina, sino un enfoque; un proceso para incrementar el conocimiento mediante la integración y transformación de perspectivas gnoseológicas distintas” (McDonell 1998, 2). Pero alertamos que la consideración de que “la descolonización epistémica envuelve variadas formas de transdisciplinariedad pero no todas las formas de transdisciplinariedad son decoloniales” (Maldonado-Torres 2015, 1). Así ser transdisciplinar es decolonizar la misma concepción erada de tal categoría que ha impedido el hecho colonial que en la práctica la complejidad se estudie en su necesario esplendor.

Queremos culminar estas taras como sátiras de la decolonialidad en su develación y des-ligaje, reafirmando que sin duda, la manera de investigar bajo este proyecto liberador no pueden ser los mismos métodos reduccionistas excluyentes de la vida y de los saberes que conocemos, se han de deconstruir, des-ligar, complejizar y así re-ligar a favor de transmetódicas que no desmitifican el método; sino que lo decolonizan; no olvidemos que la búsqueda de conocimientos y de criterios de validez del “conocimiento que otorguen visibilidad y credibilidad a las prácticas cognitivas de las clases, pueblos y de los grupos sociales que han sido históricamente victimizados, explotados y oprimidos por el colonialismo y capitalismo globales” (Santos 2009, 12). Así, vemos en Postgrados por ejemplos inconsistencias aberrantes: por ejemplo estudios de negritud, y demás creaciones modernistas-postmodernistas-coloniales, estudios bajo el mismo lente que creo la exclusión planetaria; en general “la genealogía decolonial debe ampliarse” (Puentes 2014, p.6); y agregaría decolonizarse profundamente en las mentes de sus actores, así los transmétodos, como la investigación acción participativa compleja como transmétodo rizomático transcomplejo en la transmodernidad (Rodríguez 2020c) es de excelencia; entre otros transmétodos.

Seguimos entramando la investigación en una reconstrucción acalorada a luz de lo develado de las taras como sátiras en la decolonialidad.

 

Rizoma reconstrucción: la decolonialidad con esencia planetaria y compleja

Sin duda pensar en todos los des-ligaje que la decolonialidad planetaria debe hacer es

Partir del problema estructural-colonial-racial y dirigirse hacia la transformación de las estructuras, instituciones y relaciones sociales y la construcción de condiciones radicalmente distintas (…) se preocu­pa con los seres y saberes de resistencia, insurgencia y oposición, los que persisten a pesar de la deshumanización y subordi­nación. Por ende, su proyecto se construye a la mano con la de-colonialidad, como herramienta que ayuda visibilizar estos dis­positivos de poder, y como estrategia que intenta construir relaciones —de saber, ser, poder y de la vida misma— radicalmente distintas (Walsh 2009, 11).

Se promueve el diálogo de saberes colaborativos, no hegemónico ni prelativo, eso no significa que no partiremos de la decolonialidad y así de nuestros saberes encubiertos; más sin embargo el diálogo sin preeminencia con otras culturas es necesario. No podemos decolonizar y construir un mini planeta donde lo nuestro sea lo válido o único; son errores heredados de los proyectos coloniales que no podemos repetir.

La liberación como soslayación y ruina, en tanto se desmitifica el trabajo a favor de la ruina y la descalificación del capitalismo, la confusión con capital en una aberración que no puede hacerse usando el proyecto decolonial como excusa. Decolonizar no es arrasar con los pueblos que han vivido soslayados; menos con sus empresas y crear estados de inconsistencia politiquera en la que los inversionistas huyen de la región. No es pisotear e irrespetar la condición humana en nombre de la liberación. Si regresamos a nuestros libertadores vemos la esencia verdaderamente libertaria a favor de la felicidad e igualdad de los pueblos.

La liberación con la decolonialidad como ataques personales y diatribas estatutarias son acciones personalistas, inhumanas y realmente lejos de la liberación; liberar para cambiar de opresor es más de lo mismo de la colonialidad, en manos de Occidente, ahora con apoyo del Norte. No hay un Norte sin un Sur, por ejemplo; la decolonialidad es planetaria o carece de inclusión y así es una falacia. La inclusión en la liberación al ser incluyente no excluye al Norte; incluye al Sur, a lo olvidado y desvalorizado, a lo desmitificado; lo ocultado conjuntamente con todas las visiones intrincadas y diversas formas culturales de conocer; desde luego develando la nuestra. Es urgente aclarar los vicios modernistas a los que se refiere, que se propenden en el análisis, es clarificar que la complejidad en el pensamiento del Sur no es negadora de la misma esencia de la complejidad y su esencia inclusiva, negando con ello las culturas que nos excluyeron y sus portadores, al Norte; cuando se le pregunta a Edgar Morín en una entrevista realizada por Sergio Osorio y publicada como: Cátedra humanitas. Edgar Morín: pensador planetario:

¿Cuál es el aporte que tienen los pueblos del Sur para el cultivo de un pensamiento complejo?”; a lo que Edgar Morín responde: Creo que se puede hacer un pensamiento del Sur a partir de las experiencias complejas del Sur. ¿Por qué? Porque no hay que rechazar todo lo que llega del Norte, hay muchas cosas importantes que llegan del Norte, pero “la hegemonía del Norte es la hegemonía del cálculo, de las cosas anónimas, de lo cuantitativo, del provecho, donde se destruye las cualidades de la vida, del saber vivir, del saber comunicarse con los otros” (Osorio 2012, 34).

En tal sentido, afirma Edgar Morín en dicha entrevista: pienso que hay un mensaje civilizacional que viene del Sur para preservar sus calidades que se han extinguido en el Norte; es importante tener clarificado esto. En la respuesta a la pregunta inicial siguió respondiendo Edgar Morín, “pienso que a partir del Sur, que es la victima de los procesos de la globalización porque es en el Sur en donde hay el mayor crecimiento de las miserias y de la desigualdad, hay la posibilidad de hacer las críticas” (Osorio 2012, 34) al mundo actual del desarrollo, para formular un modo más humano, un mundo de porvenir.

Es importante aclarar que la decolonialidad no plantea el barrido de las culturas y la preeminencia sólo de la nuestra, para quienes siguen dándole el tratamiento a la nuestra de la otra cultura, o negando la del otro debemos alertar que “no está de más aclarar que la decolonialidad no plantea volver a un “purismo cultural”, en el que las culturas nieguen y eliminen su intercambio con otras sociedades” (Díaz 2017, 131). Lo que no significa que en el respeto a las otras culturas sigamos imitando como parodias (Díaz 2017) como taras en sátiras que dejan mucho que desear prototipos nacionales, aparentemente decoloniales pero que sus beneficios quedan sólo en manos del Estado, aparentemente benefactor de los más necesitados cuando se forman cinturones de miseria con profesionales, que errantes salen de sus países en clamor por subsistir. Y una educación como facilismo ejercido de manos de los menos formados.

Se necesita de ciudadano que se reconozcan como sujetos promotores de cambio, lo expresamos en el Sur, en Venezuela por ejemplo, con urgencias, “potencialmente para problematizar su propia realidad, que cree y recree la cultura desde lo pluriversal, para construir un mundo en el que quepan muchos mundos particulares libres de dominación (…) que potencie el conocimiento surgido en el continente opresor” (Méndez y Mendoza 2017, 10).

Se debe lograr el compromiso de la salvaguarda de los nuestros, en ir a los más íntimos imaginarios sociales subyugados en el que somos inferiores a los eurocéntricos, de esas minimizaciones estamos llenos aún en plena era; se trata de “busca crear un mundo más solidario, menos desigual e injusto, donde haya coexistencia, donde la receptividad entre sujetos múltiples y diferentes pueda llevarse a cabo, lo que conlleva tanto el reconocimiento de la dignidad de cada uno” (Rincón, Millán y Rincón, 2015, 81).

Podemos ser ejemplo para Occidente, para el planeta entero, desde las epistemologías del sur, si sur con minúsculas como representación de los excluidos, y no sólo personas, del planeta-Tierra; si ejemplo en tanto la sabiduría ancestral que guía el pensamiento de estos pueblos originarios, mencionados por sus tradiciones, ritos, magias, hasta sus caracteres antropomórficas de la realidad, son síndromes de que el crepúsculo de la civilización, no muere con Occidente, sino que resurge desde el Sur con el “Sumak Kawsay” (Santos 2011). Edgar Morín ha abogado por ello.

Promovemos en la decolonialidad planetaria, y no como revisión única; sino como propuesta a revalidar la decolonialidad como planetaria; esto es un intento por proponer una visión anticapitalista, se promueve un cosmopolitismo crítico más allá del “nacionalismo y el colonialismo; a través de esta visión, se superaría el reduccionismo económico y el culturalismo propuestos por la dicotomía económica tradicional y los estudios culturales. Sin embargo, ¿cómo se llega a ese cosmopolitismo?” (Díaz 2017, 43).

Para responder esta pregunta con el proyecto decolonial planetario necesitamos una responsabilidad del ciudadano, de las políticas de Estado, de las educativas; como ética de la complejidad que asume que los seres humanos somos solo una parte de un sistema más general, la Tierra-patria con el cual debemos desenvolvernos en armonía; busca realizar los valores de la liberación, la democracia, que no es excluyente de la decolonialidad y la igualdad en este otro escenario particularista sino planetaria.

Se requiere de una razón integrativa cosmopolita, universal, patria, compleja; que integre los saberes, los conocimientos, la cambiante subjetividad de las personas, la razón en el alma y espíritu como en los antiguos pensadores; el respeto por los pueblos, todos; sin exclusiones, sin preminencias. ¿Acaso podríamos tener decolonialidad en el Sur con el colapso del planeta? Más aún, pensemos en que la complejidad de la vida sólo puede aceptarse, estudiarse bajo la decolonialidad planetaria (Rodríguez 2021a). De lo contrario ser complejo sin ser inclusivo, sin develar el reduccionismo es una inconsistencia metodológica, maleabilidad que también recorre muchas investigaciones.

Reafirmamos la democracia como decolonialidad no restringe la libertad; aprender y buscar a decolonizar, a los que necesariamente se juntan enseñar y conocer, que por su parte no pueden prescindir de libertad “no sólo como donación sino como algo indispensable y necesario, como un sine qua non por el que debemos luchar permanentemente, forman parte de nuestra manera de estar siendo en el mundo” (Freire 2008, 118)

Desde luego, sabemos cómo nace la decolonialidad, nace como una propuesta crítica de la herencia colonial, vestigio evidente en la organización social y la reconstrucción histórica y cultural en Latinoamérica (Díaz 2017); pero ¿los pueblos latinoamericanos son los únicos colonizados, soslayados, pisoteados? Pero, ¿podremos pensarnos sin considerarnos seres complejos incrustados en un planeta que es la casa de todos, donde somos naturaleza (Rodríguez 2022)?

Somos naturaleza nos erige en nuestra afectividad cognitivo-afectivo-espiritual a la sensibilidad por nuestras limitaciones de crear la naturaleza, de crear nuestro cuerpo, la limitación del ser humano definido de manera modernista: consentir que la definición de este es inadecuada, colonial y amarrada a la conveniencia inconsciente. Por eso, ser humano es ser naturaleza y ello es el verdadero ser humano: reconocer nuestras limitaciones en la nobleza de creación de Dios es urgente, y con ello la salvaguarda de la naturaleza que es la nuestra, allí somos naturaleza cobra significancia en nuestra sensibilidad compleja (Rodríguez 2022); volver a la Madre Tierra.

Cuando encaramos el pensamiento complejo, como elitista europeo por devenir en la teoría de la complejidad de Edgar Morín, francés de origen judío cometemos un error. El pensar complejo discurre lo empírico, con la incertidumbre, la incerteza como parte de la vida, la negación del absolutismo que la misma modernidad-postmodernidad-colonialidad impuso en las ciencias y la manera de investigar. Complejidad como realidad compleja que vivimos, superar la simplificación es ser inclusivo, interés de la decolonialidad. Ser decolonial excluyendo saberes y personas sean de donde vengan es una ligereza. Si atacamos proyectos coloniales y los develamos, deconstruimos, sean de donde sean, nos desligamos de nuestras propias taras heredadas de la larga tradición modernista-postmodernista-colonial.

Creo verdaderamente que la decolonialidad es la búsqueda de progreso de los pueblos, pero no el progreso caducado de explotación de la soslayación; más bien es irónico pensar que “hoy más que nunca se hace necesario resolver la ambigüedad existente en el binomio degradación y progreso” (Gil 2020, 110). Pero, ¿progreso en la decolonialidad planetaria es la ruina de sus pueblos, al independencia del capital y el regreso retrogrado al ínfimo vivir clamando por las primeras necesidades en cada familia? ¿De qué liberación estamos hablando? Las dadivas a favor del olvido del ser humano y su felicidad.

En lo que sigue concluimos un tema árido, esencial de revisar, y de re-ligar. Seguimos en la línea de investigación titulada: transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas, en el ardor de la decolonialidad planetaria.

 

Rizoma conclusiones: la decolonialidad en alerta

En esta investigación se analizaron sátiras como taras en la interpretación de la decolonialidad, desde el transmétodo rizomático la deconstrucción (Rodríguez, 2019a). La praxis decolonial debería vigilar en la posibilidad de un humano cuidado y valorado en vista de la desmitificación de su vida a favor de intereses particulares de cualquier tipo. En primer lugar el cuidado de la vida y con ello el de la naturaleza, el de la Tierra como patria de vida y creación profunda grandiosa. Es una sátira que mucho más que antes en medio de la riqueza del planeta mueran de hambre seres en pleno siglo de la injusticia.

Si cansados de retoricas de discursos, de taras que se quedan en el papel, en la palabra traicionera y los disuelve la desilusión luego del ofrecimiento. ¿De qué decolonialidad hablamos con todo esto al frente, ante nuestros ojos, allí en el barrio, en las favelas, en el cinturón de miseria, que se conforma con paños de agua caliente en la gran fiebre de la injusticia, que ironía cuando los gobiernos de turno se pudren de riquezas y de lujos aberrantes?

La indagación envolvente que pareciera culminar cuando nace otra arista compleja del problema indica la insuficiencia en un sólo artículo y la necesidad de vida de la vigilancia de lo que significa liberta, libertinaje, accionar en nombre de la decolonialidad y al fin países en ruina como el caso de mi bello país. Sin ánimos de pesimismo sin duda avalamos con la decolonialidad la necesaria recivilización de la humanidad; si embarcarnos en el reconocimiento de la insuficiencia de nuestro accionar, pese a grandes logros, el siglo de las injusticias galopa exitosamente hacia la destrucción, opresión y en general a la antítesis de la vida.

Las taras como sátiras al revisar sus líneas sentimos un gran dolor, pues en materia de decolonialidad se ha investigado mucho, pero las taras siguen en la mente de quienes dirigen y hacen de la injusticia su accionar, o engaños populistas para desmitificar la pobreza por un rato. Mientras en Occidente la muerte llega con la guerra, en el Norte sus sistema supuestamente infalible de dominancia se queda en el discurso y en el discurso vació en reuniones internacionales de turno.

Nos sabemos portadores de la decolonialidad planetaria en des-ligaje y constante re-ligaje; debemos pasar por el tamiz de la supervisión y afinas las garras de la liberación, tener cuidado de que no toda oposición a la colonialidad en apariencia es decolonial. Que tenemos una gran responsabilidad y siempre apostamos a la liberación en todo sentido. Si esta no es la máxima aspiración decolonial, entonces ¿cuál es?

Nos refugiamos en nuestro albedrio con nuestro sentipensar en Dios amado, en esa libertad más allá de religiones vacías opresoras, clasistas desde 1492 en este lado del mundo como consuelo de la mano de los mismos que masacraron a millones de aborígenes guerreros que lucharon y jamás se entregaron. Más allá de las metodologías reduccionistas que aíslan las subjetividades de los autores. Aunamos por un planeta humano, digno de ser salvado; “los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido” (Salmo 34: 17-18). En medio de la tiranía de muchos a el resto de la Tierra, la globalidad de los que creen tener el poder sabemos que “dichosos los que lloran, porque serán consolados” (Mateo 5:4).

 

 

Referencias

Abuelafia, Emmanuel y Saboin José Luis. 2020. Una mirada a futuro para Venezuela. Bogotá: Banco Interamericano de Desarrollo.

Andrade, Manuel. 2020. «La Teoría Crítica y el pensamiento decolonial: hacia un proyecto emancipatorio post-occidental». Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, n.o 238: 131-154. http://dx.doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2020.238.67363

Díaz Pérez, Vianney. 2017. «El pensamiento decolonial: una apuesta por los saberes ancestrales para la construcción de la identidad latinoamericana». Actualidades Pedagógicas, n.o 70: 125-45. http://dx.doi.org/10.19052/ap.4177

Dussel, Enrique. 2017. Filosofías del sur. Descolonización y transmodernidad. Ciudad de México: Akal.

Freire, Paulo. 2008. Cartas a quien pretende enseñar. Buenos Aires: Siglo XXI.

Fortunato, Ivan. 2022. «Lecciones de transmétodo: qué se puede aprender de Milagros Elena Rodríguez». Entretextos 16, n.o 30: 46-55. https://doi.org/10.5281/zenodo.6409941

Gil, Ricardo. 2020. «El olvido del ser». GICOS 5, n.o 1: 102-11.

Lara, Jonnhy. 2015. «Pensamiento decolonial como instrumento transgresor de la globalización». Analéctica  1, n.o 10: 1-20. https://doi.org/10.5281/zenodo.3911830

Linares, Gainioska y Linares. Gaidibeth. 2019. «Éxodo del docente universitario en Venezuela». Revista Scientific 11, 141-62. https://doi.org/10.29394/Scientific.issn.2542-2987.2019.4.14.7.141-162

Maldonado-Torres, Nelsón. 2007. «On the Coloniality of Being: Contributions to the Development of a Concept». Cultural Studies 21, nº 2-3: 240-270.

Maldonado-Torres, Nelsón. 2015. «Transdisciplinariedad y decolonialidad». Quaderna. Disponible en: http://quaderna.org/?p=418 Consultado el: 14 de julio 2020.

McDonell, Gavan. 1998. «¿Qué es la transdisciplinariedad? Simposio Internacional de Transdisciplinariedad». http://www.unesco.org.

Méndez, Johan y Mendoza, Edgar. 2017. Del sujeto moderno al sujeto decolonial. Una aproximación epistémica para la emancipación desde la filosofía latinoamericana. Caracas: Fondo Editorial UNERMB.

Mignolo, Walter. 2002. «The geopolitics of knowlage and the colonial difference». The South Atlantic Quarterly 101, nº 1: 57-96.

Mignolo, Walter. 2009. «La idea de America Latina (la derecha, la izquierda y la opción decolonial)». Crítica y emancipación, nº 2: 251-276.

Mignolo, Walter. 2017. «Interview – Walter Mignolo/Part 2: Key Concepts» Entrevista por E-International Relations para E-International Relations, 21 enero. https://www.e-ir.info/2017/01/21/interview-walter-mignolopart-2-key-concepts/

Mignolo, Walter. 2010. Desobediencia epistémica: retórica de la modernidad, lógica de la colonialidad y gramática de la descolonialidad. Buenos Aires: Del Signo.

Mirabal Rodríguez, Mireya. 2022. «La educación municipalizada desde la hermenéutica comprensiva ecosofía y diatópica como transmétodo rizomático». Entretextos 16, n.o 30: 69-79. https://doi.org/10.5281/zenodo.6415299

Morín, Edgar. 2020. Edgar Morín, palabras de sabiduría. https://www.climaterra.org/post/edgar-morin-palabras-de-sabidur%C3%ADa

Osorio, Sergio. 2011. «La metamorfosis de la humanidad en la era planetaria y la emergencia de la antropolítica». Revista de Relaciones internacionales estrategia y seguridad 6, n.o 2: 139-61. https://doi.org/10.18359/ries.108

Osorio, Sergio. 2012. Cátedra humanitas. Edgar Morín: pensador planetario. Colombia: Universidad Militar Nueva Granada. México: Multiversidad Mundo Real.

Petruccelli, Ariel. 2020. «Teoría y práctica decolonial: un examen crítico». Políticas de la Memoria, n.o 20: 45-62.  https://doi.org/10.47195/20.649

 Prääts, Siim. 2020. «La ironía como herramienta en la deconstrucción de la ideología colonial. Un estudio de dos obras de Augusto Monterroso». https://www.diva-portal.org/smash/get/diva2:1435440/FULLTEXT01.pdf

Puentes, Juan. 2014. «La investigación decolonial y sus límites». Analéctica 0, n.o 3: 1-11. https://arkhoediciones.com/analectica/analectica/index.php/analectica/article/view/99

Quijano, Anibal. 1992. «Colonialidad y modernidad/racionalidad». Perú Indígena 13, n.o 29: 11-20.

R. Magalhães, Zé. 2021. «¿Qué es lo decolonial? cosmopolítica y descolonización del pensamiento». Das Questões 8, n.o 2: 3-10. https://periodicos.unb.br/index.php/dasquestoes/article/view/37677

Rincón, Oriana, Keila Millán y Omar Rincón. 2015. «El asunto decolonial: Conceptos y debates. Perspectivas». Revista de Historia, Geografía, Arte y Cultura, n.o 5: 75-95. http://perspectivas.unermb.web.ve/index.php/Perspectivas/article/view/162

Rodríguez, Milagros Elena e Ivan Fortunato. 2021. «Males da psique na educação: urgência na religação do pensamento». Revista Ibero-Americana de Estudos em Educação 16, n.o 3: 1754-74. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=619869094003

Rodríguez, Milagros Elena y José Lemus. 2020. «La educación venezolana en tiempos de pandemia: ¡Yo sólo sé que no sé nada!». Revista Arjé (Especial) 14, n.o 27: 705-26. http://www.arje.bc.uc.edu.ve/arj27e/art09.pdf

Rodríguez, Milagros Elena e Isabel Peleteiro Vázquez. 2020. «Antropolítica en Venezuela: un cuenco de mendigo, más aún en tiempos de pandemia 2020». SUMMA. Revista Disciplinaria En Ciencias económicas y Sociales 2(Especial): 117-139. https://doi.org/10.47666/summa.2.esp.09

Rodríguez, Milagros Elena. 2019a. «Deconstrucción: un transmétodo rizomático transcomplejo en la transmodernidad». Sinergias educativas 4, nº 2: 43-58. https://doi.org/10.31876/se.v4i2.39

Rodríguez, Milagros Elena. 2019b. «Re-ligar como práctica emergente del pensamiento filosófico transmoderno». ORINOCO Pensamiento y Praxis, n.o 11: 13-33. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7798409.pdf 

Rodríguez, Milagros Elena. 2020a «Religar ecosóficamente como urgencia transepistémica en la re-civilización de la humanidade». Revista Desenvolvimento Social 26, n. o 1; 169-88.

Rodríguez, Milagros Elena. 2020b. «¡Yo sólo sé que no sé nada! en época de pandemia!». Revista Arbitrada: Orinoco, Pensamiento y Praxis, n. o 12: 16-28.

Rodríguez, Milagros Elena. 2020c. «La investigación acción participativa compleja como transmétodo rizomático transcomplejo en la transmodernidad». Revista Internacional de Formação de Professores 5, n. o e020026: 1-27.

Rodríguez, Milagros Elena. 2021. «La decolonialidad planetaria como apodíctica de la transcomplejidad». RECIPEB: Revista Científico-Pedagógica do Bié 1, nº 1: 43-56.

Rodríguez, Milagros Elena. 2022. «Somos natureza na Terra-pátria: visões decoloniais do complexo planetario». Revista Educar Mais 6: 209-220. https://10.15536/reducarmais.6.2022.2723

Santos, Boaventura de Sousa y Aguiló, Antoni. 2019. Aprendizajes globales: descolonizar, desmercantilizar y despatriarcalizar desde las epistemologías del Sur. Barcelona: Icaria.

Santos, Boaventura de Sousa 2009. Una epistemología desde el Sur. México: CLACSO y Siglo XXI.

Santos, Boaventura de Sousa. 2011. «Epistemologías del Sur». Utopía y Praxis Latinoamericana 16, n.o 54: 17-39. https://produccioncientificaluz.org/index.php/utopia/article/view/3429

Valencia, Juan Carlos. 2012. «Eduardo Restrepo y Axel Rojas, Inflexión decolonial». Amerika 6. https://doi.org/10.4000/amerika.2963

Vallejo-Gómez, Nelsón. 2017. Humanizar la Tierra desde la ciudad y el campo: una utopía realista. Reflexiones con Edgar Morín en París (enero 2014). En Ciudadanía planetaria, coordinación por Juan Miguel González Velasco. Barranquilla: Universidad Autónoma del Caribe.

Velásquez Gutiérrez, Andrés. 2022. «Torbellino transmetódico: se hace camino al andar». Entretextos 16, n.o 30: 15-32. https://doi.org/10.5281/zenodo.6409490

Villegas Zerlin, Solveig. 2021. «Colonialidad, tradición histórica y modernización en los estudios del lenguaje». ENCUENTROS Revista de Ciencias Humanas, Teoría Social y Pensamiento Crítico, n.o 13: 60-72. http://doi.org/10.5281/zenodo.4395222

Walsh, Catherine. 2009. «Interculturalidad crítica y pe­dagogía de-colonial: apuestas (des)de el in-surgir, re-existir y re-vivir». En Educación intercultural en América Latina: memorias, horizontes históricos y disyuntivas políticas, compilado por Patricia Mel­garejo. México: Universidad Pedagógica Nacional-CONACIT, Plaza y Valdés.

 

 

 

Notas

[1] En adelante, todas las menciones bíblicas tienen como referencia: Sociedades Bíblicas Unidas. 1960. Santa Biblia. Caracas: Versión Reina-Valera.

 

 

 

Biodata

Milagros Elena Rodriguez: cristiana, venezolana. Doctora en Innovaciones Educativas. Doctora en Patrimonio Cultural. Postdoctorada en las nuevas tendencias y corrientes integradoras de pensamiento y sus concreciones. Postdoctorada en Educación Matemática, Pensamiento y Religaje en la Transmodernidad. Postdoctorada en Ciencias de la Educación. Magister Scientiaurum en Matemáticas. Licenciada en Matemática. Docente Investigadora titular a dedicación exclusiva de la Universidad de Oriente, Departamento de Matemáticas. Tutor externo en Multidiversidad Mundo Real Edgar Morín, México. Miembro del Instituto Científico Francisco de Miranda, Budapest, Hungría. Más de 250 investigaciones publicaciones en revistas científicas arbitradas, nacionales e internacionales indexadas de alto impacto. Más de 30 libros y capítulos publicados. Árbitro y miembro editorial de revistas nacionales e internacionales, tallerista. Editora invitada. Conferencista e innovadora internacional. Homenajeada en Entretextos 16, n.o 30 (2022). Líneas de investigación: 1) educación-transepistemologías transcomplejas, 2) economía-administración-gestión- y finanzas transcomplejas, 3) análisis de regresión y variables Dummy, 4) matemática-cotidianidad-y pedagogía integral, 5)transdidáctica transdisciplinaria de las ciencias y desarrollo complejo, 6) Educación Patrimonial Transcompleja, 7) Educación Matemática Decolonial Transcompleja, 8) transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas, 9) Paulo Freire: el andariego de la utopía en las transmetodologías, 10) Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje. Entre sus más recientes publicaciones se encuentra: 2022. «La transfilosofía sentipensante de la Educación Matemática Decolonial Transcompleja». Acta Scientiarum. Education 44: e62606. https://doi.org/10.4025/actascieduc.v44i1.62606; 2022. «Voluntad, libertad, libre albedrío y libertinaje. Necesidades ecosóficas urgentes». Revista Alberto Magnus 13, n.o 1. https://doi.org/10.15332/25005413/7774; 2022. «Deconstrucción rizomática en las pedagogías modernistas-postmodernistas-coloniales: insurgencia de pedagogías decoloniales planetaria». Revista Sem Aspas 11. https://periodicos.fclar.unesp.br/semaspas/article/view/16403

Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092 / ISSN 2735-7139, editada en la ciudad de Concepción, Chile. Ediciones nuestrAmérica. Correo contacto@revistanuestramerica.cl